.poema lamentado.
De
.En una suerte de
poemas
II.
Ay, hipócritas míos
Cuánto
necesitaban
la inexistencia de ésta
que tantos sus ataques allí dirigían
sin corazón
sin piedad
en la negra penumbra
en el espacio intangible
mientras en la realidad
material física
la saludaban
como sujetos de bondad
como si llevaran vidas
impolutas
como si el derecho
los asistiera
cuando tantos daños
causados
cuando tantas malévolas
intenciones
en las iglesias de sus supuestos
rezos capitales
pecados llamarían
iban persignados
Ay, hipócritas míos
sin creencia
Ay, hipócritas míos
mas no en sus pastores
subyugados por la oscuridad
Ay, hipócritas míos
que predicaban el mismo mundo
intangible que ellos habitaban
y en lo tangible
hipócritas suyos
la querían inerte
para usarla
y cumplir sus inicuos fines,
Lovecraft advertía
-ay, hipócrita suyo-,
patriarca empeñado
en
alargar su vida
hipócritas suyos
cómo podrían concebir amor
a sus mujeres
a sus hombres
sus
vástagos
cómo éstos creerían
cómo confiarían
cuando mostrada su maldad
tanta
Ay, hipócritas suyos
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