VARIACIONES
IGNACIO MARTÍN
Es más pequeño el verso que el sentido
y más grande la ilusión que el futuro,
y la calma infinita de un segundo
llenando mis pretéritos vacíos...
Es más poema, amor, que el que yo
escribo,
el hijo, fuerte por estar desnudo;
ese beso infantil en que resumo
el amor que desborda el infinito...
Sé que ahora vuelo, que el cielo está
más cerca,
que el corazón en cauce es desbordado,
que en la noche ya hay sol y en el día
estrellas...
El miedo se suaviza y ya no hay
llanto;
tu lluvia, amor, es libre y es cadena;
todo parece un sueño, y es tan
claro...
Necesito tu amor como mi sangre
pues esencia los dos son de mis venas,
de mi paso constante y mi carrera
para, junto al futuro, conquistarte.
Necesito sentir, acariciándome,
la dulce risa de tu amor, serena
plenitud de mi amor cuando me besas;
libertad plena que anhelo que me ate.
La sucesión de frágiles batallas,
que cobran fuerza al transformarse en
días,
desdibuja mis miedos en mis ansias,
vuelve a adulto temor, infantil calma.
¡Es tan grande saberte conseguida
en la inseguridad de la constancia!
Es tan grande el amor que, amor, nos
une
y tan corto el umbral que nos
separa...
Es tan firme la unión en la distancia
y tan fugaz el tiempo que se intuye...
Es tan real el sueño que descubre
un horizonte nuevo que se alcanza...
Es tan madura nuestra ingenua calma
nacida del amor, que a amor acude...
Mas, a veces, abrazos de la noche
clavan hielo y dolor en la ternura
y parece que amor huye y se esconde.
Pero siempre amanece tras la aguda
sensación angustiada; amor, entonces,
tu luz se hace tan fuerte que se
escucha...
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