25.Feb.2020
Recordando a
Carlos Santibáñez Andonegui
al poeta, al amigo,
al ser humano.
RETRATO DE UN HOMBRE
CON FLORES EN EL CORAZÓN.
por
Sergio Alarcón
A Carlos Santibáñez Andonegui
Pude verlo.
Estrechar su mano.
Degustar su ebria lira.
Doy fe de él.
Lo vi caminar con la fragancia
de las flores, aún, al borde
de sus últimas palabras.
El hombre con flores en el corazón,
camina con toda la naturalidad
de un hombre luz, con la sencillez
vertical de la lluvia,
con la sabiduría del navegante
a mar abierto,
con la solvencia del río
que nunca extravía su cauce,
con la generosidad de un oasis
que arropa al peregrino
y da de beber al sol.
El hombre con flores en el corazón,
esculpe, doradas, sus espinas,
le crecen orquídeas en sus cicatrices,
incendia sus pupilas de ternura,
le brotan manantiales de agua nueva
en las manos de su rebeldía,
conjura el dolor con sus palabras,
fertiliza lunas con su canto.
El hombre con flores en el corazón,
esculpe con su polen el horizonte
de los navíos que se hacen a la mar,
esparce salmos en baldíos,
hace brotar rosas de las piedras,
se torna brisa en los prados olvidados,
afina el canto de los pájaros,
resplandece en el árbol de la inmortalidad.
El hombre con flores en el corazón,
nunca muere, germina, finca raíces
en el rocío de las uvas y las abejas,
comulga, resplandece, cual obelisco
a la memoria de los siglos,
amanece, flor testamental,
cada vez que el sol nace
o se retira, para seguir soñando.
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