VUELTA AL SUR DE TU SILENCIO
Julio César Félix
LAS REINCIDENCIAS
NIHILISTAS
PRONUNCIO Y EVOCO
Pronuncio y evoco
a lo que no existe,
a lo oculto entre el
mundo;
a la nada,
al revés de la moneda:
porque en la nada
se encuentra la afirmación
del ser.
CONMEMORACIÓN DE LOS
SIMBOLISTAS
Leo a Herrera y Reissig:
evocador de los últimos
mundos sensibles
donde se exalta el símbolo
ante la agonía poética
y se renuevan las figuras
alegorizantes:
Verlaine disparando
metáforas oxidantes
conversando en la melodía
de la nueva música...
Debussy;
Mallarmé en el grito
verbal:
esto es un hechizo,
desde el aura matinal
emitiendo humos
de la gran fogata que
susurra
una erupción floral
sobre tu cuello de
autopista
donde transitan Baudelaire,
con aromas de Benjuí,
almizcle
e incienso.
ASALTO A PALABRA
La urbe
en su cotidianidad
es una flor de espanto,
una sorpresa callejera:
el asalto esquizofrénico
a mano armada, con una
vela;
el asalto de una mujer
semidesnuda
provocando con su cuerpo
la ruptura de la
temporalidad:
ese tiempo dedicado a tus
aromas, poesía,
y a los finos tejidos de
la presencia
multicolor que brilla en
la frente
de tu ojos:
Éste es un asalto
verdadero, no otro,
sino el de las palabras
las que carcomen el
sentido de las cosas:
haciéndolas explotar de
tan eternas,
una palabra es una bala,
es plomo, es grave:
los verbos se pelean a
versos
y los versos se pelean a
besos
con vagos sustantivos de
las tres de la mañana;
los sonidos aguardan el
grito
para poder dormir,
¡para poder morir,
naciendo ya!
esto es una verdadera
construcción gramatical y poética.
EL DESPOJO FESTIVO
Me despojo
de toda materia
de todo espíritu
-DESNUDEZ-
la vena fosforescente
de mis olvidos
palpita sobre los
renglones
de tu cabello prismático;
los cálculos
infinitesimales
de l agua
y de tus ojos
inauguran el día
en su geometría cósmica:
lucidez de anguila
extraño sombrero
de los guijarros divinos
aguardando el puerto de
ilusión
al puerto de realidades
y universos cóncavos
el puerto divino
el puerto de la nada
aquí el puerto
aquí la nada.
NO SOMOS NADA
Cualquier pinche flor
apareció
sobre la nada
y dejó de ser la nada:
ahora era la afirmación
de algo, de un pétalo,
de ella
de nosotros
“los que no somos nada”...
más que presencia y color.
Somos los habitantes
del espacio que estaba
vacío
y queremos habitarlo
para ser los descubridores
de la nada,
para ser
y no ser,
somos para no ser
y no somos para ser algo.
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