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José Antonio
Durand
Una
precoz poeta veracruzana, que no obstante su corta edad apuntala
exitosamente, en su primer libro: Palabras que no te dije,
los grandes temas de la poesía de todos los tiempos. Me
refiero a Brenda Reyes Mayo, quien, dueña de una propia voz,
desde los 14 años compartía ya las mesas de lectura con los
miembros de la Unión de Escritores de Veracruz, entre los cuales
se encuentran Reynaldo Carballido,
Lucía
Priego,
Dante del Castillo,
Gloria Ariceaga, Germán Lastra, Sandra Gallardo, Claudia
Morales, Jorge Hernández Utrera,
Rosalía
Alvarado de Nanni, Martha Lydia Vivanco,
Alicia Flores,
Pedro Paunero,
José
Manuel Romero,
Nohemí Briones,
Efigenio Morales Castro, Antonio Ávila Galán,
por
citar sólo algunos de los artistas de casi un centenar más de
escritores que, bajo la presidencia de Martha Elsa Durazzo,
componen dicha asociación civil, para bien de las letras
mexicanas.
Con motivo de
la publicación del libro referido, Carballido escribió, en
diciembre de 2001, a título de preámbulo lo siguiente:
Palabras que no te
dije,
de Brenda Reyes Mayo
Reynaldo Carballido
“…de quien se
acostumbra a los incendios
al naufragio, a la
perdición, a la derrota”
Titulares de un
periódico: Espíritu de la Navidad no contagia a la sombría
Literatura Juvenil.
“La literatura
juvenil no se ha dejado contagiar por el espíritu tierno, alegre
y festivo de la blanca navidad”
La poesía de
Brenda Reyes Mayo no se ha dejado contagiar por el espíritu
tierno, alegre y festivo de la clase media-bien:
“…ya no creo en el
amor, en la paz, en la justicia
tonterías idealistas”
“La ciudad agoniza
guiada por el
desatino” sin embargo…
En El arte de la
poesía de Ezra Pound leo: “Tratar los asuntos directamente,
ya sean subjetivos u objetivos”
La poesía de
Brenda Reyes trata los asuntos directamente, subjetiva u
objetivamente: “soporto esta tortura / ¿acaso la imagino?” “hoy
regreso del infierno con las palmas vacías” “sin descifrar el
límite / entre la ilusión y tu ser real” “Crecen en mi tintero
/ diminutos submundos”
Después de ser
niños, poco a poco vamos perdiendo la capacidad de vislumbrar la
realidad; ante nuestros ojos se despliega un tiroteo (la
educación familiar, escolar, medios de comunicación, leyes de la
sociedad) como otros tantos velos que los nublan. Es el Arte
–entre otras prácticas– el que a veces permite vislumbrarla; son
los artistas quienes se quitan y nos quitan
estos velos y nos
permiten columbrar luces y sombras de la realidad: contracciones
de su diario vivir.
Brenda –a sus 17
años– posee esos vislumbres a través de sus seis sentidos;
y los expresa en poemas: lo que ve –más allá– “llora fuego y
traga remolinos”; lo que oye –más acá– “un silbido cruza el río
adormecido”; lo que huele –más adentro– “tu perfume invade el
ambiente / congela el aire”; lo que saborea –hacia fuera– “amor
con sabor a imposible” lo que toca –hacia abajo– “acariciando
con su niebla / tus despojos”, con el sexto apunta –hacia
arriba– “aquí, a tu lado, sin motivos / cobijada con tu amor, no
habrá frío”, “a vivir en la luz de la demencia”.
Arranca
imágenes de su realidad “de luces y sombras que conjugan mi
delirio” “mi corazón, antes eufórico / gime de dolor / de
amargura / de nostalgia” “maldito círculo vicioso al que me ata
el destino” y no son imágenes de esas que nos pintan en nuestra
educación social.
Brenda nos
avienta en chispas, textos que no son figurativos “en la retina
del precipicio” “cien gramos de tiempo”; no es fácil encontrar
poetas jóvenes que hagan abstracciones y delineen bien el Estado
de Ánimo como Reyes Mayo a su edad. Para mí el Estado de Ánimo
es el eje que mueve el Género Poético; muchos poetas narran o
filosofan partiendo de ideas. Ella parte de las sensaciones para
ir a las emociones, otra modalidad muy singular, porque también
muchos poetas parten de la emoción y se pierden en lo visceral;
las imágenes de Brenda siempre van sobre su eje que gira en
tonos, atmósferas, música, en “este caleidoscopio de emociones y
palabras” sus imágenes se multiplican, en este caso
asimétricamente, al ir girando su estado de ánimo.
Una gran parte
de sus poemas están tejidos con sensaciones; cada estímulo
trascedente lo convierte en sensación poética, en poesía
creativa y no recreativa; los velos van cayendo y ver –la
realidad– de una poeta Joven: “harta de beber del manantial /
que destila el veneno `realidad´” “Hoy que el ensueño es
realidad”
Algunas
palabras que cercan el ámbito poético de la joven: delirio,
soledad, frenético, vacío, frenesí, febril, suicidio, amargura,
locura, abismo; este cerco adornado con otras palabras, con
otros
colores que ahí están: vivir, cielo, nostalgia, melancolía,
anhelos, luna, amor, corazón, sonrisa; aunque muchos de
estos colores están protegidos con espinas, la misma Brenda los
toca con cuidado. …Sin embargo la Poeta se deja
contagiar por otros espíritus, más tiernos, más alegres, más
festivos; y así quita algunos velos; para eso inventa, imagina,
crea –la realidad–
“las aves cantan,
los perros callan,
las vacas mugen,
la gente transita,
muchas gotas de
lluvia danzan”
Todas esas son “Palabras
que no te dije”, pero ahora que las ha dicho, Brenda
Reyes Mayo, aún tiene muchas más que decir.
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