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4.Feb.15

 
  Agenda Indígena 2015 REGIONES INDIAS, Enero, 2015, AIPIN

De los Pueblos Originarios

 

 

 

Manifiesto de San Ildefonso o Manifiesto de Chantepec-Mangu

Participan de los Pueblos Originarios de Acaxochitlán, del Movimiento Indígena Nacional, la Unión Latinoamericana de Escritores en el 6º Festival Hñähñu en San Ildefonso

 

De las Lengua Originarias por Cristina de la Concha

   

REGIONES INDIAS, Enero 19, 2015, AIPIN

 

Muere en silencio la milenaria cultura yumana

Javier Cruz Aguirre / La Jornada Baja California

 

Tijuana. Los yumanos son una familia etnolingüística amerindia a la cual pertenecían 15 grupos étnicos, entre ellos los kumiai, distribuidos a lo largo de montañas y desiertos de Baja California y el noroeste de Sonora en México, además de Arizona y California en Estados Unidos.

La antigüedad de esta cultura en la parte estadunidense –quechanes o yumas, principalmente– se ubica entre 25 mil y 15 mil años, mientras que en Baja California va de dos mil 500 a 150 años.

Los especialistas han deducido que la presencia de estas poblaciones en la península bajacaliforniana es resultado de una serie de migraciones que tuvieron lugar de norte a sur en periodos muy diferentes, según se trate de la zona de destino.

Everardo Garduño Ruiz, doctor en Antropología Sociocultural e investigador del Centro de Investigaciones Culturales-Museo, de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), en su estudio fronterizo denominado Los grupos yumanos de Baja California: ¿indios de paz o indios de guerra?”, cita al antropólogo Roger Owen, etnólogo de la Universidad de California, Los Ángeles. Este pionero en el estudio de las comunidades yumanas, dijo en 1957 que estos grupos humanos empezaron a arribar al sur de la Sierra de Juárez, hace dos mil años, y continuaron haciéndolo hasta hace 600 años. “Los yumanos, con esa antigüedad, difícilmente pueden ser considerados los primeros pobladores de la península, aunque sí el grupo prehistórico más relevante en desarrollo tecnológico y social, con una presencia geográfica más amplia, una identidad territorial más definida y una capacidad superior de adaptación, supervivencia y desarrollo local a la de sus predecesores”, afirma Garduño en su estudio.

Precisa que los grupos preyumanos identificados antropológicamente como sandieguito, tienen una antigüedad de 10 mil años, y los lajollanos de siete mil. Estas características –agrega el investigador–, hicieron que los yumanos fueran el único grupo de la región que trascendió del prehistórico tardío hasta la actualidad.

Enfatiza: “A los yumanos correspondió introducir la cerámica, cestería y cordelería –técnicas de fabricación con base a ramas de junco y sauce–, lo cual les permitió mayor almacenamiento de agua y semillas. Así pudieron establecer asentamientos más permanentes que los de sus predecesores, lo que a su vez les dio la oportunidad de desarrollar cierta división de trabajo, una incipiente estratificación social y más amplia presencia territorial, abarcando no sólo sierras y costas –como los preyumanos–, sino también desiertos y valles del norte de la península”.

La amplia presencia territorial de los yumanos en el suroeste de los Estados Unidos y noroeste de México, les permitió una distribución etnolingüística a las 15 etnias, delimitadas por los diferentes estilos de arte rupestre que las identificaba.

 

Cualidades artísticas

Los yumanos sobresalieron por sus cualidades artísticas; las más importantes son las representaciones plásticas realistas en el desierto central de la península; los diseños abstractos del norte; las figuras antropomórficas y zoomórficas de las zonas montañosas; los petroglifos con diseños geométricos del desierto; los sitios arqueoastronómicos (sitios arqueológicos relacionados con el estudio de la astronomía) en el norte de la Sierra de Juárez, y los glifos del desierto del Colorado en la parte norteamericana.

Cuando llegaron los españoles a la región –destaca Garduño Ruiz–, sandieguitos y lajollanos habían desaparecido; sólo los yumanos sobrevivían gracias a su gran capacidad de adaptación geográfica, social e histórica que les permitió subsistir al impacto de la colonización europea y trascender, con peligro de extinción, hasta la actualidad.

La cultura yumana, seminómada, destacó en el valle de Mexicali –colindante con el Río Colorado– con el dominio de la agricultura, actividad que en 1701 cautivó al sacerdote Eusebio Francisco Kino cuando éste hizo su primera incursión misional por esa región y de la cual escribió: “Todo este camino fue por una mera campiña de fertilísimas tierras, de hermosísimas milpas muy bien cultivadas con muchos maíces, frijoles y calabazales, y con grandísimas tasajeras de tasajos de calabaza, que este género les dura después todo el año”.

A la fecha, sobreviven cuatro etnias yumanas en Baja California: los cucapá, identificados como ‘rianos’ por habitar en las márgenes de Río Colorado; los kumiai, que viven en las mesetas orientadas a la región de la costa norteña peninsular, y los pai-pai y kiliwas, conocidos también como serreños, por residir en los alrededores de las sierras de Juárez y San Pedro Mártir.

En junio de 2014, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) reveló que de las 68 etnias mexicanas que existen en la actualidad, 14 están en riesgo. En esta lista destacan las cuatro yumanas sobrevivientes en Baja California, porque ninguna sobrepasa los mil pobladores en cada una de esas comunidades.

 

Urge salvar las Lenguas Yumanas.

La desintegración de las cinco familias lingüísticas de los yumanos asentadas en Baja California es inminente. Actualmente no existen niños que hablen estas lenguas y los programas oficiales para propiciar su rescate han fracasado o avanzan con lentitud porque se impone un modelo de instrucción escolarizada que deja de lado el aprendizaje maternal, explica Arnulfo Estrada Ramírez, autor de más de 70 artículos periodísticos sobre cultura étnica y coautor de tres libros publicados en lengua kiliwa. Su trabajo es único en su tipo en toda la península; sobresalen: Hablemos Kiliwa; instructivo práctico para motivar la enseñanza de la Lengua Kiliwa (1998); Diccionario práctico de la Lengua Kiliwa (SEP: 2005 y 2009), y Piyín teey é ñiaay yiot oۥ (“Por qué existen el día y la noche”-SEP).

Baja California, precisó en entrevista el investigador, tiene cinco grupos linguísticos: koal, pai pai, kumiai, cucapá y kiliwa. Todos están en el grupo de lenguas amenazadas de México, en alto riesgo de extinción. Hay muy pocos hablantes y ya no transmiten su lengua a los nuevos integrantes de sus familias.

 

¿Cuándo y por qué comenzó el proceso de desintegración de las lenguas yumanas?

Son varios factores. El más importante fue la pérdida de territorios antiguos, que arrancó con la llegada de los europeos. Luego se dio la migración tras ser desplazados de sus tierras, por guerras y el arrebato de sus propiedades, porque para los españoles ellos no eran dueños de nada. Como parte de esa conquista, de esa intromisión, se dio la discriminación. Los europeos llegaron a imponer su lengua y acabaron con la riqueza lingüística de las etnias yumanas. La amenaza más reciente es la tecnología que lleva la lengua española a los lugares más recónditos del estado a través de la radio, la televisión, el celular, imponiendo culturas ajenas a las nativas, entre ellas de manera muy importante su forma de comunicarse.

Estrada refiere que algo se salvó con la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, emitida en 2003 para el rescate de la diversidad lingüística de los 68 pueblos. Desafortunadamente para Baja California esta legislación, para salvar 374 variantes lingüísticas que hay en México, llega muy tarde. Una lengua se considera que es altamente vulnerable con mil hablantes fluidos o menos. En Baja California ninguna de ellas pasa de 100, aunque las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) digan otra cosa”.

 

¿Qué reporta el Inegi?

En algunas reporta 165 y hasta un poco más de 200, pero los que estamos bien metidos en esto sabemos que ninguna pasa de cien, incluso las que más se hablan: la kumiai y la pai-pai, no pasan de cien. La comunidad pai pai, para mí la más vigorosa, sólo tiene 60 hablantes.

¿Los niños hablan su lengua nativa?

Más que niños hablantes son adolescentes, y apenas dos o tres que entienden pero no hablan su lengua. Fuera de la comunidad pai-pai, no existe otra que tenga adolescentes o niños hablantes. A los adultos les da pena hablarlo, porque dicen que se burlan de ellos y los discriminan sus propios familiares.

 

¿Y el caso más extremo?

Los kiliwas. La lengua yumana más antigua de todas las etnias apenas tiene cinco hablantes y todos adultos.

 

¿Por qué sucedió esto?

Simplemente se dejó de enseñar como lengua materna en las familias, hace poco más de 50 años. Hoy, en Valle de la Trinidad sólo una madre y su hijo hablan kiliwa; pero la mamá es la mayor de la comunidad (alrededor de 90 años), y el hijo es el menor, tiene 52 años. Son Hipólita Espinoza Higuera y su hijo Eusebio. Otra parlante es Leonor Farlow Espinoza, artesana de 38 años y autoridad cultural kiliwa. Vive en la ciudad de Ensenada y con frecuencia viaja a la comunidad kiliwa a colaborar con su gente. Los otros hablantes de kiliwa son José Ochurte Espinoza, de 39 años, que vive en Valle de la Trinidad, y Leandro Maytorel Espinoza, de 53, quien vive entre las comunidades de Arroyo del León y valle de la Trinidad. Todos ellos hablan y se comunican sin ningún problema en su idioma.

 

¿Qué hace el gobierno para rescartar su idioma?

Algunos niños están en un programa que coordina el Inali (Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, de la Secretaría de Educación Pública). Se llama “maestro-alumno” y les enseñan palabras básicas de sus lenguas, pero de una manera muy académica, muy técnica. En este programa, que se aplica sólo en la comunidad kumiai, una persona escoge a uno o dos niños. En Juntas de Nejí un grupo empezó a trabajar el mismo programa. Se le denominó “Las Abuelas”, y ahora se cambió a “Adultos Mayores” que enseñan a los niños interesados. Refiere que se trata de cinco abuelas. “La mayoría hermanas de la familia Meza, descendiente del linaje Miskuich, de kumiai, que enseñan a sus nietos. El programa surgió a iniciativa de ellas, pero hace tres años lo tomó y academizó el Inali. Así se imparte. Va lento y es a largo plazo. No me parece lo más adecuado, pero se aproxima a lo que debe hacerse”.

 

¿Qué hacer entonces para salvar las lenguas yumanas?

Lo ideal sería que un adulto tome a un niño, de preferencia recién nacido, y le enseñe a hablar la lengua materna, incluyendo los arrullos y cantos, que tienen una importancia fundamental en el aprendizaje, pero se pierden en un proyecto escolarizado, como lo aplica el Inali. A nivel mundial estos programas tiene gran éxito en lenguas que están en grave riesgo de desaparecer. El programa “Niño de Lengua”, se aplicó en Nueva Zelanda con la etnia polinesia maorí, y se logró rescatar completamente su lengua. Sólo unos cuantos ancianos hablaban maorí y ahora son cientos de miles los parlantes fluidos.

 

¿En qué consiste “Niño de Lengua”?

En reunir a los adultos parlantes de un idioma con los niños para que éstos convivan todo el día, sin importar que sean o no sus padres o madres. En la noche los hijos regresan a sus hogares y al día siguiente se vuelve a lo mismo. Algo parecido en el caso de nuestros nativos –sugiere Estrada–, sería la adopción de un menor por un adulto, pero hablo de niños recién nacidos o de meses para que aprendan como el hablante aprendió: como lengua materna. La única que podría hacer esto en Baja California, y así lo propuse desde hace 26 años, es Leonor Farlow, porque tiene mucha descendencia y ésta sigue creciendo, pero la idea no se ha podido realizar porque los niños se mueven mucho con sus padresy éstos se van, con su familia, a donde encuentran trabajo y se pierde, entonces, el vínculo y el aprendizaje.

 

 
           

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