Analizásemos
las reglas contrarias a la libertad de expresión y a la
constitución impuestas por los burócratas represores-regresores
del arte en México, llenas de castraciones a la imaginación,
con prohibiciones explicitas en diversas convocatorias de
festivales de performance y de otras expresiones
artísticas.
Los
que dictaminaron las reglas, sin consultar a nadie y que,
por cierto, manifiestan en estas normas un rechazo de la
mayoría de los creadores, son dignos émulos de la
inquisición que ni siquiera tienen los cojones puestos para
debatir otras ideas y perspectivas. No cabe duda que
funcionarios sobrevaluados, como el rey de la "performafia",
Pancho López y su palomilla de borregos, quieren imponer
por sus pistolas, una visión oscurantista y represora,
producto de una sub-cultura light y descafeinada que
no todos tenemos porque asimilar como propia y mucho menos
permear nuestras aportaciones creativas a sus criterios
"pica piedra", es decir, auto censurarnos con tan pequeñas
y cuadriculadas visiones paleolíticas que no responden a la
realidad actual, márgenes puestos en un pedestal por un
sistema desgastado y caduco que no quiere ser cuestionado y
al que le conviene la complicidad de estos “artistas”.
El
hecho de imponer reglamentaciones basadas en parámetros de
supuesto “buen gusto” (el buen gusto es la muerte del arte
decía Octavio Paz) y poner una mordaza al acto expresivo es
el principio de la decadencia de la cultura y de la
extinción del espíritu humano, pues disfraza la realidad tal
cual es. Se pasteuriza y pinta de color de rosa la tremenda,
cruel y misteriosa existencia, cuya misión del artista es
develar y proponer estéticamente aunque el tema a tocar sea
difícil de digerir, como sexo, drogas, violencia, escándalo,
carne y sustancias pirotécnicas (y por qué no provocar un
orgasmo en la víscera ajena).
Es ridículo
negarle el acceso a la gente a situaciones tangibles como
si se tratara de menores de edad mentales.
No pueden
imponernos su visión blandengue del arte de acción de
restaurant vips: el accionista alternativo plantea
parámetros de liberación frente una sociedad opresiva, no
se vende a los parámetros de la institución, señor panchos y
palomilla. Los artistas que han valido son rebeldes, pero no
de RBD como ustedes creen. Al acto creativo es imposible
ponerle límites pues es un reflejo de la realidad y la
fantasía.
La historia
del arte lo dice, no yo: Este tipo de represiones terminan
siendo contraproducentes y el arte contemporáneo no hubiera
tenido un desarrollo y grado de atrevimiento y libertad si
los criterios mojigatos de perfomagia se hubieran impuesto
a través de sus distintos procesos y evoluciones. No se le
pueden amputar los miembros a una obra de arte.
En síntesis:
Quieren tenerlos todos bueyes y brutos, ¿oyeron?
Alinear todo a
sus limitados criterios y conveniencias.
El politburó
de la performance en México dictaminó:
“No se acepta
el uso de animales, fuego o sustancias que pongan en riesgo
la seguridad de los artistas, el público, a las sedes.”
Con sus
parámetros de performanceros de secundaria de gobierno (con
perdón de los niños de secundaria pues tienen mas ímpetu e
imaginación que Pancho y sus secuaces) hubieran censurado a
los dadaístas y surrealistas, a los accionistas vieneses, a
fluxus, a Carole Schnemann, a Stellarc y a Orlan con sus
múltiples operaciones estéticas.
A la Fura del
Baus y Marcel-li Antúnez , a Bob Flanagan y sus
flagelaciones super masoquistas, a Ron Hatey enfermo de sida
que con una corona de espinas se desangraba la cabeza, al
faquir Musafar en sus auto sacrificios sagrados, a Gina Pane
y Marina Abramovich, a Semefo, a Comediants en su
espectáculo demonis donde la base era el fuego, a Jodorowsky
y sus efímeros pánicos donde sacrificaba gallinas y se
mandaba lacerar entre muchos otros ejemplos de trasgresión
de este artista.
A los
rituales indígenas donde los de la comunidad se embriagan y
sacrifican una vaca a los dioses, además de que utilizan
fuego y pirotecnia, en fin, me vienen a la mente mil cosas
más de otras disciplinas artísticas diferentes al
performance que no entran dentro de lo que el politburó
mexicano de perfomafia considera aceptable.
A todos estos
“sucios” alborotadores les aplicarían un operativo
policíaco y los rociarían con gas pimienta porque aquí sólo
sus chicharrones truenan: son el poder (si, pero entre un
muy pequeño grupo de finísimas personas)….
Ese tipo de
violencia policial para ellos si es aceptable.
¿Hay que
rendirles pleitesía a estos gandallas mafiositos nada más
porque tienen un hueso?
La aportación
de este grupúsculo cada vez más reducido a la cultura es
nula. Micro consorcios compuestos por personajes que más que
artistas parecen una maldición bíblica.
Señores, sigan
matándonos de aburrimiento y vaciando los foros de
performances con sus insípidas kermeses, espacios que antes
se llenaban porque la gente esperaba algo; ahora lucen
desolados pues no hay nada que ofrecer de su parte, pues le
arrancaron el sabor y la esencia provocativa al arte de
acción.
Continúen
haciendo creer al pueblo que el performance es una mamada,
por eso mucha gente tiene una visión simplona y de teatro
mal hecho del performance y hasta se burla de él y lo
considera un arte menor, no profesional. Ustedes tienen en
gran parte la culpa de esta imagen pública.
Atentamente
TAMATZ JUANES.
Artista multimedia. Responsable del documento
www.myspace.com/tamatzjuanes