LA FLORESTA
Por
Gloria Valencia Vargas
“Que daría yo por tener alma de
poeta y escribirte versos con lindas flores de la floresta:” Dany Rivera.
Cuando escuchamos la palabra
floresta, nos acordamos del corazón de Tulancingo la famosa Floresta, este
hermoso jardín que a principios del siglo XX se le llamaba el “Jardín de las
Flores”.
La floresta significó para los
habitantes de la ciudad en el siglo pasado un lugar de esparcimiento y como todo
jardín un lugar para disfrutar de las flores y descanso en las típicas bancas de
fierro fundido de la antigua ferrería de Apulco, contemplando los rosales y
otras bellas especies, bajo la sombra de los fresnos y los truenos, todo esto
quedó atrás, hasta su significado.
La palabra floresta tiene las
siguientes definiciones:
· Bosque frondoso y ameno; poblado
de árboles y vegetación de espesa flor.
· Pequeña extensión poblada de
árboles diversos de plantas y flores.
· Reunión de cosas agradables y de
buen gusto.
Floresta es sinónimo de huerto,
jardín y oasis.
En el mundo prehispánico los
pobladores eran amantes de la belleza, gustaban mucho de los jardines y la
naturaleza, así lo describe Fr. Bernardino de Sahagún en su libro HISTORIA
GENERAL DE LAS COSAS DE NUEVA ESPAÑA:
“De las Florestas y árboles que en
ellas se crían”
“Las florestas son muy amenas y
frescas y de muchos árboles y hierbas; tienen hierbas y árboles de diversas
flores; tienen aguas, manantiales, o de río, con que se riega el lugar de tierra
fértil; son lugares apacibles y muy deleitosos. Están plantados en estas
florestas árboles de muy olorosas y preciosas flores; árboles en que se hacen
las flores que se llaman yolloxóchitl y el árbol que se llama yoloxochiquahuitl.
“Son estas flores olorosas y
hermosas, y su hechura es como corazón. Antiguamente solamente los señores las
usaban especialmente las que se llaman tlacayoloxóchitl porque hay otras de
menos precio itzcuinyoloxóchitl que ni son hermosas, ni huelen y usan de ellas
la gente baja.
“Esta flor llamada yoloxóchiquahuil
hácese en árboles grandes como nogales; llámase también el árbol yoloxóchitl son
estas flores preciosas y de muy suave olor, tienen la hechura de corazón (y) por
dentro son muy blancas: son estas flores de dos maneras unas, que se llaman
tlacayoloxóchitl, son grandes y muy hermosas úsalas los señores y gentes de
arte…”
¡Hoy cuanta nostalgia! por los
tiempos pasados, la floresta de Tulancingo ha perdido sus atributos, ya no es el
lugar de reunión de cosas agradables y de buen gusto.
Rafael Ramírez Heredia expresó lo
siguiente, en referencia a la Floresta de Tulancingo:
- La plaza de armas con un kiosco
sensacional está llena de árboles y flores. La clásica estatua del señor Juárez
se encuentra agazapada entre las flores y la combinación de luces le da
tonalidades magníficas, pero esa isla verde y rumorosa se estrella contra
edificios vidriados, de aluminios dorados, de un cine cuya arquitectura es feona
y el otro el cine Olimpia que se nota más viejo… (1995).
Hasta la próxima.
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