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Mitos
y leyendas
De mitos
II
México y el karma
De mitos I
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Cristina de la Concha aquí con un clic |
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2 de julio, 2014
... el fondo que tocamos…
Cristina de la Concha
Perdió México
y pareciera como que los jugadores se sintieran culpables de las
tropelías de sus “paisanitos” y bajaron la guardia, porque, yo no sé,
pero dicen que estaban jugando muy bien, no lo sé en realidad porque no
veo futbol ni me gusta. Y parecen ser así las cosas, México pierde cada
vez con ese sentido de culpa, al final, nosotros mismos nos provocamos
mal, porque sabemos que no está bien robar cervezas y sabemos que algo
extraño sucedió con el muchacho que se lanzó del barco y sabemos que no
debemos insultar aun cuando defendamos a capa y espada nuestro derecho a
expresarnos o la intención con que se profirió el vocablo ‘puto’.
Sabemos de nuestro sentido del humor, comparto la frase de Rius,
“especie de revancha para hacer frente a la situación jodida del país”,
pues sí, y con el humor la toreamos, el cinismo hace de las suyas y
hacemos como que no importa, “me vale”, y sí importa: es decadencia,
nada más que decadencia, como dijera Álvaro Cueva en su columna. La
decadencia de un pueblo que se siente herido, vapuleado, humillado,
zangoloteado, impotente, miedoso, culpable… y por ahí nos agarran… karma
que nos cae encima y ya ven cómo estamos… callados callados… pero con
una tremenda desconfianza… generalizada entre los mexicanos, señaló el
INE; “el nivel de desconfianza en que estamos parados los mexicanos es
enorme”, recalcó Aristegui,
el
presidente del INE llamó a construir una política en educación cívica,
esa materia la suprimieron en nivel básico en la SEP ¿qué no?... la
única materia en la que mi hija se sacaba diez, caray, con un agudo sentido
social y de justicia mi chiquilla… y ahí vamos… individualismo
encumbrado y pos cómo va uno a confiar… después de todo lo que nos han
hecho, y ¡lo que nos hemos hecho entre nosotros!, el individualismo no tiene más que exacerbarse… pues sí aunque
diría no… ¡por Dios, no lo dejemos, detengámoslo…! No, ahí vamos…
Y agarramos un espacio donde nos sentimos
libres, un enormísimo estadio futbolero, donde otros como nosotros gritarán
la misma palabra y saldremos airosos, porque otros son culpables igual que
nosotros, porque en unos días dejaremos ese país y nadie sabrá quiénes
somos… sí, gritemos puto, desfoguemos nuestra impotencia, hagamos catarsis
de los nudos atravesados por tanta delincuencia, tanta violencia, tanta
muerte, por tanta pobreza y tantas casas de piso de tierra… por tanto miedo…
Ahí vamos…
… tocando fondo, la corrupción nos prensó con
sus dentadas tenazas y no nos suelta, una corrupción que no se detuvo hace
cuarenta años, ni hace treinta y ahora sólo con un “hasta aquí”, de golpe y
porrazo, apenas lograríamos hacer algo, pero el miedo… el miedo no anda en
burro… y los vendidos tampoco ni los pusilánimes ni los putos… ¡aaahh la
culpa! la culpa de saberse corruputos… digo, corruptos… Y podrán alegar lo
que quieran para excusar, disculpar, justificar la palabra dirigida al
portero del equipo contrario, lo que sea, soy mexicana y digo groserías y
las disfruto, me lleno la boca con ellas, pero no dirigidas a otros, no en
otro país, no a grito pelado, no en público… qué vergüenza… por ahí leí que
“así” acostumbran en los estadios… uuuuuuuuuuuuffffff… pues entons menos…
Y qué importan las connotaciones que damos
los mexicanos a las groserías (pueden ser muy divertidas) si el resto no las
lee al momento de escucharlas… Y mientras ‘tán alegue y alegue y se avecina el
partido definitorio, pescan a Mireles autodefensa… mmm…
Pierde nuestra bandera y un par de ciudadanos
mexicanos ex diputados son detenidos en el país anfitrión por ofender a una
mujer tocándole el trasero y golpear a sus defensores…
bueeeeeeeeeeeeeeeeenno… no sólo uno es ex diputado, sino los dos... ¿no
suena como al colmo de la corrupción, de la decadencia, de la grosería
mexicana?... ¿no nos está señalando algo que debemos mirar?...
… el fondo que tocamos no nos va sacar por
impulso, este fondo está lodoso, se entierran los pies y pue’ que nos
trague… sólo a nado saldremos, con mucho esfuerzo… el karma nos cae encima…
pa’ qué hacer tanta ch’ng^der* si luego con ella misma nos damos en la
testa… a ver, pa’ qué…
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