Introducción
Del tezontle al
pecado capital…
de la escritora Cristina de la Concha es un
paseo por el relato. Promenade
Músorgskiano por las memorias colectivas. Paseo
por el mito (implícito o no); el cuento
policíaco, el cuento fantástico, las tradiciones
y la realidad social. Son relatos rizomáticos,
de diferentes estrategias de epifanías
genéricas. Y esto representa uno de los valores
más destacados del libro, junto con los paisajes
paródicos y metaficcionales, y el perfil de los
seres que habitan distintas atmósferas, como
sucede en “Configuración”:
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…
Contempla el piso que se levanta vertical,
déspota, la pared con relieves, algunos de
éstos, simples capas laminadas de ella misma,
otros laminados pero no de ella misma, sino
injertos de otros panoramas, otros más parecen
surgir uniformes como reclutas en atención al
mando... otros, desordenados, con semblante de
oposición a esa orden de obediencia, ondulantes,
cóncavos rebelándose a su forma o a su estar o a
su petrificación…
En
el texto se puede observar un paisaje paródico
de un paisaje que imita o exagera elementos de
un paisaje real, ¿en la pantalla de una laptop
quizá?
Otros cuentos son brevemente intertextuales,
sugieren una superposición de textos, que el
lector reconoce o deberá reconocer. En “Se lo
llevó”, esto se sugiere mediante títulos de
libros, ahí el lector completa la ecuación:
…
porque se convirtió en un asiduo lector en esos
eternos ratos de ocio, gruesas novelas; la
Biblia, poesía, cuento; eran sus cómplices,
Ambrose, Whitman, Mark Twain, Thoreau y muchos
otros autores…
En
“Se lo llevó”, se puede leer entre líneas un
trasfondo de sátira y puritanismo en los
personajes, en una extraña trama de adulterio y
un final apegado a esa fe más estricta y
calvinista propia de esos personajes, con ello
se nos pinta la atmósfera densa donde deambulan
adulterio, trastornos de ansiedad, esquizofrénia,
etc.
Por otra parte los relatos son fluidos y nos
llevan de la mano por las tradiciones; un monte
donde realidad y fantasía se funden entre la
imaginería popular (como en Tezontle). Y ese
placer del recuerdo de un momento o lugar del
pasado con la tristeza de no poder volver a él
(“Entre mi pueblito y mi pueblote” y “El
recaudo”).
Mención aparte merecen dos “relatos”, “La
hipocresía” y “Silencio”, inscritos en lo que
podría ser metaficción, o lo que también se
podría llamar tradición antirrealista, el tiempo
se maneja desde el punto de vista del narrador,
el diálogo adquiere importancia suprema de lo
que ocurre en el mundo fenomenológico, es una
especialización del tiempo que el autor posee.
En
Hipocresía una “H” mayúscula seguida de una fila
de veintinueve puntos suspensivos con la frase
final “y, así pues, … la hipocresía”.
Cabe
mencionar que la etimología nos dice Hypokritḗs
es actor o el teatro mismo; un hypokritḗs
interpretaba un papel, usando una máscara
(persona) para representar un personaje
ficticio. El texto es metaficcional; ficción
que reflexiona sobre su propia condición…
espacio y tiempo forman parte del mismo, es
condición necesaria de ese cosmos paralelo.
Significación de tiempo y espacio entre puntos
suspensivos y un teatro al final sobre Plató
[tiempo y lugar exactos].
En
“Silencio”: “–¡Shit!– … A… Fin”.
Mismo universo paralelo, y la palabra
“maldición” entre signos de admiración como
entrada a esa densidad, donde la letra “A” es
primera grafía, imprescindible para enunciar
cualquier cosa, además, vehículo donde transitan
tragedias que irresolublemente llegan a un
puerto final.
Breve análisis de algunos cuentos
“Tezontle”
Interesante disquisición sobre la sustancia
existencial de la nada o como diría Heidegger,
la muerte, o la soledad como una condición
(también existencial) inherente en el ser humano
y su relación con Coatlicue o Tonantzin (Madre
Tierra) y el Cerro del Tezontle… estas últimas,
bases cosmológicas de nuestra cultura.
Es
Tezontle (o Cerro del Tezontle) la constitución
y textura de la madre tierra; es etérea, de
color marrón y gris (un equilibrio entre lo
cálido y lo frío)… es también la muerte, el mito
está implícito ahí: Mito como estructura de
pensamiento y de vida; o bajo forma de lección
moral, norma social… Parafraseando a John
Milton, también es profundidad donde cae el mal
(no a un abismo, sino a una inmensidad,
corpus de un cerro inmerso en roca
volcánica)… un lugar en el que reina la
permanente insatisfacción y desesperación del
ser humano [¿como la vida misma?] en la página 7
se lee:
…
Destacaba desde kilómetros antes de alcanzar la
entrada de la población, se divisaba gris, en
ese tono de paisaje lejano, este tono que a la
distancia adquieren las montañas, sin orillas,
que se funde con el cielo… ese color difícil de
describir, grisáceo, café perdido entre el gris
bordeando una vaga tonalidad rojiza, se divisaba
como un manto acogedor…
El
inicio de toda cosmogonía, nace de la Nada, es
fantasma pálido de la no existencia y al nacer
da lugar a un axis mundi, una atmósfera
que poco a poco se rodea de cotidianidades:
No quiero decir que la muerte fuera un rito para
los moradores, ni que la festejaban y
consideraran siquiera. No, simplemente la muerte
estaba ahí, a la vista de todos, presente todo
el tiempo.
La
estructura del relato es fluida, se apega a la
definición canónica de cuento tradicional y del
cuento moderno (linealidad y un tiempo como
sucesión de acontecimientos organizados)… de una
regla, un caso y un resultado... Sin embargo, su
línea narrativa aparentemente lineal es
interrumpida por una serie de Flash back
o
Analepsis…
… los paseantes percibían su sombra que la
Catedral, erguida sobre sus columnas de cantera,
trataba de ocultar tras ella dándole la espalda
como negándola, en domingos bulliciosos, en
jueves de mercaderes o en martes solitarios…
La
Catedral da la espalda al cerro y esa atmósfera
gris-marrón [la muerte] es “negada” por sus
habitantes, en los domingos de misa y
descanso...
La
Catedral oculta a la sombra del Cerro del
Tezontle, y a ese inevitable final escrito en
cada uno de los seres humanos y donde, para
algunos, el cerro es vehículo… y también destino
determinado, como por un oráculo:
…
Lo cierto es que muchos habían llegado hasta
allá, hasta su cúspide para lanzarse y caer por
las leyes de la física rebasando cincuenta y
cuatro metros de tezontle a la velocidad de su
peso y arribar al suelo,…
Seres humanos en un purgatorio de tezontle rumbo
a la Nada:
…
esperando que la caída los liberara de sus penas
o de sus deudas, o esperando que los últimos
instantes de vida fueran calvario suficiente
para purgar las culpas, esperando que la madre
tierra erigida en un cerro… les cuidara la
muerte y les diera la paz, al menos terminara
con el dolor de la carne y de la mente. …
En
el cerro del Tezontle viven las Moiras, el
destino “encarnado” en tres edades, tres
mujeres, como las siete yerberas: Alondra,
Mirla, Clorinda, Mirta, Paloma, Urraca y
Golondrina… que poblaron de magia y ritos el
Cerro del Tezontle:
…
Porque es así el Cerro del Tezontle, promesa de
protección y alivio maternales, promesa
alimentada como secretamente que, como un
hechizo, atrae a él y como en un hechizo se
queda cumpliendo, suspendido o consumado pero de
nadie conocido...
OTROS RELATOS DEL LIBRO
“Entre mi
pueblito y tu pueblote”
El tema es la
ausencia , nostalgia, se habla de la melancolía
por la tierra donde se nació, y ese otro lugar
donde se vivió, se añora el lugar natal a la
distancia, es un paseo por la tristeza y
admiración por ambos; entre los colores de los
sabores de la comida. Al inicio se lee:
... Mi vida, dividida
entre dos pueblos, transcurre entre mi pueblito
y mi pueblote, así les llamo yo. Mi ciudad
natal, aquella que me enseñó mi soledad rodeada
de la gran familia implícita en la idea de ser
sus integrantes conocidos todos, ésa es mi
pueblito…
“El recaudo”
Dicen que la nostalgia siempre es incómoda, es
un sentimiento inherente al ser humano; nace de
esos momentos en los que queremos vivir esa
época de nuevo; a veces llega vestida de olores
y colores con sabor a instante con la familia…
etc. “El recaudo” es todo lo anterior,
personalizando mediante una situación
descriptiva:
“voy a comprar tortillitas
de maíz, blancas que tampoco hay aquí en la
ciudad, y negras, tomatitos verdes para hacerme
unas salsas […] y tlacoyos, para traérmelos y
todo lo voy a congelar […] es que los tlacoyos
de allá son deliciosos, son diferentes de los de
acá, muy diferentes, los preparan de una manera
distinta que aquí, no hay de ésos y son muy
ricos…”
“La que se fue”
Soledad, una tremenda soledad que abruma a una
persona; misma que la obliga a hacer concesiones
con tal de recuperar, a toda costa, la compañía
de su sirvienta…
“Confinado”
Las
consecuencias sociales del capitalismo son:
desigualdad creciente, concentración de la
riqueza, explotación laboral y ambiental,
gentrificación; debilidad del Estado y el
fomento de la competencia individualista sobre
la solidaridad. Lo cual provoca desajustes
sociales, psicológicos… en resumen, inadaptación
social y simuladas aspiraciones inspiradas en lo
que antes se llamaba American Way Of Life
(el modo de vida americano)…
En
el texto se lee: ... Ella asintió encantada
con la aventura y él la vio introducir la
pastilla en la boca y tragarla mientras él
colocaba otra en la punta de la lengua. Se
miraron excitados y entonces el rostro luciente
de Lucinda fue ocultándose tras una nube hasta
desaparecer. […] Es una pesadilla, sí,
¡es la sustancia! –pensaba mientras que, un par
de metros arriba, unos hombres colocaba una
lápida…
Borges decía: el cuento deberá constar de dos
argumentos; uno falso, que vagamente se indica,
y otro, el auténtico, que se mantendrá secreto
hasta el fin… En “Confinado” el
personaje parece estar preso, o en un manicomio…
y sólo hasta el final se nos revela la verdad.
O
como diría Lauro Zavala: un tiempo
estructurado como una sucesión de
acontecimientos, donde la segunda historia se
mantiene recesiva a lo largo del cuento y se
hace explicita hasta el final, como una epifanía
sorpresiva y concluyente… El espacio se describe
de una manera verosímil, los personajes son
convencionales y el narrador es confiable, no
hay contradicción en su narrativa...
“Imperfección”
Cuando
descubrió que no se podía hacer ninguna cosa
perfecta, se postró en el lecho y no volvió a
hacer nada.
Se
trata de la pereza por medio de un microcuento o
del artista que busca la perfección y se siente
abrumado al no poder encontrarla (inevitable
recuerdo de Augusto Monterrroso y su dinosaurio
eterno (y cuando despertó el dinosaurio todavía
estaba ahí). Juan José Arreola: Si no
domesticamos a todos los felinos fue
exclusivamente por razones de tamaño, utilidad y
costo de mantenimiento. Nos hemos conformado con
el gato, que come poco.
Y,
por último, Jorge Luis Borges:
—Uno cree que
los años pasan para uno —le dije—, pero pasan
también para los demás. Aquí nos encontramos al
fin y lo que antes ocurrió no tiene sentido…
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