29.Ene.17
por
Cristina de la Concha
poema recuento
"...
con aguas quietas
tras arreciante
tormenta
enjuago mis manos
en perdón
y aceite de lima
luego de amenazante
huracán,
uno más,
despejo
el vertido hedor de
azufre
de las traiciones
que en rayos y truenos
cimbraron fértil tierra
y los cardos y las
tunas
las gerberas y los
anturios
… y en los manglares
...
uno más,
postrero de docenas en
docenas
durante los muchos
meses
de una estación falaz
de una estación
que no se funde de una
vez
en su nada
una estación sin nombre
estación del falso
tiempo
Y disperso
el amargo olor de los
incautos
sacudo su desesperanza
por descreimiento
su penumbra por pudor,
su oscuridad por
prudencia
-paradojas, a mirarlas
me dijera aquel
de sabias barbas
en su despedida-,
y la niebla que cayó,
una niebla
que reda en redada
atrapando rostros
boquiabiertos de
escepticismo
brillantes de miedo,
...
estupefactos unos
cerrar sus bocas no han
logrado
otros, refugio
otro hallaron
-ficticio quizá-
tras la huida
otros más,
sonrientes
se llenan del aroma de
las flores
de pétalos y bulbos de
las manos"
se regocijaba
del logro de unos
aquella ella
pese a tristeza
por descreídos
pues ya eran esos
augurios buenos
y festejar
libradas batallas
¡las muchas docenas!
ese fin de ciclo fue
mcco
30xii16
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