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31.Oct.08
       
   

2o Encuentro Latinoamericano de Escritores

 
    Tulancingo 2008  
   

Reconocimiento a Ricardo Yáñez

 
       
    En el 2o Encuentro Latinoamericano de Escritores Tulancingo 2008, tuvo lugar un reconocimiento al poeta Ricardo Yáñez, el viernes 10 de octubre en la plaza pública de La Floresta, por su trabajo literario y su dedicación a las letras, reconocimiento que fue presidido por Luis Ovidio Ríos y Teresa Irazaba, que posteriormente acompañó la poeta Toña Cuevas con su bella voz entonando una de las canciones compuestas por Yáñez.  
       
       
       
   

Ricardo Yáñez; Puntual

 
   

por Luis Ovidio Ríos

 
     
 

Libertad de decisión de ser

 
 

por Pterocles Arenarius

 
 

en el aniversario del Monumento al Escritor Latinoamericano

 
 

el 12 de Octubre

 
     
     
 

Palabras inaugurales del Presidente de la Sociedad de Escritores del Centro de México, Javier Malagón:

 
 

La Poesía, Luz de Futuro

 
  en el 2o Encuentro Latinoamericano de Escritores Tulancingo 2008  
     
 

Saúl Ibargoyen escribe sobre el 2º Encuentro Latinoamericano de Escritores

 
     
 

Un éxito el 2º Encuentro Latinoamericano de Escritores

 
     
     
 

y ¡continúa...!

 
  el 2o Encuentro Latinoamericano de Escritores    
  en Valdivia, Chile   
     
  Del 3 al 14 de noviembre  
  se presentarán con su obra  
  desde Tulancingo  
  Cristina de la Concha y  
  Nora Lechuga  
     
  desde el Distrito Federal  
  Esther Alvarado y Félix Pacheco  
 

más con un clic

 
     
  Reconocimiento a los poetas  
  Saúl Ibargoyen, Ricardo Yáñez y Max Rojas  
     
 

Dos minutos de silencio en memoria de

 
 

Magda Leticia Ortiz Ramos 

 
 

guardaron los escritores del encuentro

 
     
     
     
 
Con el apoyo de la Subsecretaría de Educación Pública del Gob. del Edo. de Hidalgo y del CUOH
Ganadores del concurso de niños y jóvenes
Un éxito el concurso de niños y jóvenes
 
2o y 3er Encuentros Latinoamericanos de Escritores
Tulancingo, Hgo., México, y Valdivia, Chile
 
Exposición del maestro Jesús Mora

y artistas invitados Fortino Oliver y Ricardo Castro

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El motivo de que los pelos se ericen, los ojos se humedezcan, la garganta se contraiga, la piel hormiguee y la espina dorsal se estremezca cuando se escribe o se lee un verdadero poema, es que un verdadero poema es necesariamente una invocación.

            La poesía de Ricardo Yáñez invoca en la forma: la belleza; en el fondo: exactitud. Yáñez es un poeta puntual. Entiéndase puntual no sólo como formal, sino como se dice coloquialmente: poner los puntos a las íes. Su voz, le ha orientado a definirse como: un pez en un mar evaporado.

            Ha encontrado en sus sonetos hacer del fondo; forma.

 

Si no amor soy entonces qué carajos

qué nube de pesar qué estrella herida

bandera por qué vientos abatida

conversación resuelta en qué estropajos

 

vengo del corazón a mis trabajos

y voy de mis trabajos a la vida

vida que se te entrega inmerecida

pero que sabe dar sus golpes bajos

 

no sé ni qué decir pero me digo

que al fin y al cabo soy un buen testigo

y voy a atestiguar que estoy amando

 

todo lo que perdí mejor ahora

que cuando lo tenía llora llora

no dejes de cantar te estoy mirando 

             

            Sus tópicos varían siempre desde el instante poético, hace de la vida un fragmento, y al rayo, al beso, a las despedidas las concibe eternas. Toca la ciencia, con pudor y sátira. Como quien sabe, pero también, como quien duda.

 

Muy gallito ese güey muy pinche gallo

quesque la galla ciencia lo acredita

pa mi que hasta el modito se le quita

dejémosle gozar su abril y mayo

 

junio se llegará pisado el callo

del viento numinoso que hoy lo habita

todo será tropiezo precipita

la entusiasmada danza cruel el rayo

 

carbón arderá el árbol que solía

templo de amor fingirse fantasía

de manantial diamante fuego y oro

 

muy gallito ese güey muy pinche loro

chamuscado hablador dizque chinfónico

chingaquedido aftoso cacofónico

 

            La naturaleza, majestuosa madre, no se salva. Basado en un tema de Herman Melville, encuentra en sus límites el lugar preciso del desencanto.

 

El pingüino

 

El pingüino no es carne, pescado ni volátil,

no pertenece al carnaval ni a la Cuaresma.

Animal el menos atractivo, el más ambiguo,

chapotea en los tres elementos y posee

algún rudimentario derecho a todos ellos, pero

no se encuentra a gusto en ninguno:

en tierra renquea,

                            en el agua avanza singlando

                                                                       y en el aire

aletea y se desploma.

 

Como avergonzada de su fracaso,

la naturaleza lo oculta

en los confines del mundo.

 

            Para ser puntual es necesario ser meticuloso, precavido. Pero sus versos fluyen ante los tropiezos cotidianos.

 

La pérdida

 

Era la sombra buena, y la mejor enredadera;

era y fue la palabra necesaria: la que sabe callar.

Era el irse dejando discurrir

sin espejos ni máscaras,

ni esperas ni humo del pasado

oscureciendo la visión.

Fue el viento en el follaje

y la brisa en el rostro

rïente,

fue la numeración y fue los pájaros

y era la luna, la esencia de la luna. Salía

de lo oscuro

como el agua mejor, y se iba yendo

con esa parsimonia que ponemos en los elefantes

cuando, se dice, saben

que se van a morir.

Era un nombrar sin tiento ni desorden

esa especie de voz que carente de habla

dice lo que nos dice, si se tiene, el amor, y se quedaba

como una estrella en la mirada queda, si bien mirada,

     cuando amanece.

Era un aquietamiento de espadas en la arena

y la oleada que baña las espaldas, y era

y fue

un delgado, lentísimo irse abriendo de pétalos

a la señora claridad. Había

en su interior el sueño que guardan los palacios

     y la vigilia

que despierta en la frente del que se ha visto herir a un

     ciervo luminoso.

Necesitaba

solamente cuidado

y la perdí.

 

            Abstemio de falacias. Su sentido del humor y su ironía, concluyen no si antes entender que el poeta nunca termina.

 

 

Si me emborracho pienso en ti.

Si me viene el amor a las palabras, a los ojos, al llanto,

a los cigarros alas, al tequila sauza,

¿en quién voy a pensar?

Hay un Ricardo Yáñez que me pega, que todo el día me

      pega,

y hay un Ricardo Yáñez que te ama. Ese es el bueno.

 

            La décima, es otra forma que ha explorado si cesar. Es raro que en la actualidad nos encontremos con poetas arraigados a la décima. La paradoja puede ser explicada por la idea de que el poeta tiene que ser original, pero, muchas veces se olvida que ser original es ir al origen. 

            Parece que la poesía, puesto que desafía al análisis científico, tiene que estar arraigada en alguna clase de magia, no olvidemos que la magia durante mucho tiempo ha sido mal vista. Es cierto que la ciencia poética europea se basaba esencialmente en principios mágicos, los rudimentos de los cuales constituyeron un restringido secreto religioso durante siglos, pero que finalmente fueron desechados, desacreditados y olvidados. No sé si sea casualidad esta regresión espiritual del poeta. De otro modo, la manera contemporánea de escribir un poema recordaría los experimentos fantásticos y predestinados al fracaso de los alquimistas medievales para convertir un metal vil en oro, con la diferencia de que el alquimista al menos reconocía el oro puro cuando lo veía y lo manejaba. La verdad es que sólo el mineral de oro puede ser convertido en oro; y sólo la poesía en poemas.

     

Esta propuesta poética nos acerca al redescubrimiento de los rudimentos perdidos y a los principios activos de la magia poética que los rige.

 

en una cajita de oro

vi una estrellita de plata

el amor se entrega entero

si no nomás se maltrata

 

en una cajita de oro

vi un listón verde bandera

porque te quiero te digo

que no dejes que me muera

 

en una cajita de oro

vi una flor de maravilla

querer es saberse dar

en una forma sencilla

 

            La filosofía, es también, un lugar de residencia en su obra.

Pienso en Descartes, qué fregadazo debe haber andado

para tener que recurrir a la comprobación de su

    existencia.

Cogito, ergo sum. Híjole, qué duro.

Si casi me río, pero

pobre Decar.

 

 

            El oficinista, un ser por lo regular se cree inamovible. Es visto en deshoras.

 

Echó un poco de sal en su corbata

mas no se la comió cual pretendía

quizá le pareció que estaba fría

aparte de que no era muy barata

 

Pinto en su corazón de hoja de lata

una dulce canción que se sabía

pero le reprocharon la alegría

y se compró un chaleco color rata

 

Consideró que el sol era la luna

y que la luna nada finalmente

y se quedó mirando su presente

 

como quien ve llover y no se moja

como quien huevos fritos desayuna

mientras la rosa suya se deshoja

 

            Hay un espacio breve para la poesía en prosa. Con sus finales, que giran en torno al recuerdo, a los escondites de quien se mantiene intacto ante el juicio de quién no ha sido tocado por el diablo.

 

Julia era una muchacha que salía todas las tardes para ir a misa, hasta que un día se encontró al diablo y se enamoró de él.

            —¡Julia! —le imprecaban sus amigas.

            Pero ella no hacía caso y les sonreía encantadora; mirándolas al principio, pero luego perdiéndose en quién sabe qué punto recóndito de su alma.

            Los recuerdos nos ayudan y nos detienen, a la inversa de los besos que se niegan, ya no se pueden dar, las lágrimas, suelen ser canciones que alguien pone y uno esta obligado a escucharlas.

 

A los catorce años La Azabache

abofeteada por su madre y escuchando

Para putas conmigo basta

quiso reír y quiso llorar y lo hizo ambas cosas

pero después no era el momento

años después

 

            Hay poemas que juegan como si fueran los últimos. Hay poetas que buscan palabras, hay palabras que buscan poetas.

 

Epitafio

 

No vamos a decir que moriste por algo,

todos sabemos que moriste por una pendejada.

Y sin embargo moriste por algo,

Para que no muramos por una pendejada.

 

Cito un fragmento de la carta que Keats escribe a Richard Woodhouse el 27 de octubre de 1818. En ella, Keats dice: "Un poeta es lo menos poético de la existencia, ya que carece de identidad desde el momento en que se ve continuamente en la necesidad de ocupar el cuerpo de otro". La esencia de este carácter poético consiste en carecer de identidad. "La función del poeta es acoger lo que se muestra, sin interferir, dejando que todo sea lo que es, y para que esto ocurra ha de carecer de identidad, o al menos de la identidad que nos es familiar.

 


QUÉ OPTIMISMO

uno quiere vivirse hasta los huesos
uno quiere llorarse hasta la risa
uno quiere volverse longaniza
o bien taco de sesos

uno quiere ganar sus buenos pesos
mas la pobreza nunca cicatriza
uno quiere darse una paliza
o saberse más rezos

uno se rasca a veces la cabeza
uno se bebe a veces su cerveza
uno se toma en serio muchas veces

uno quisiera ser tan sólo dieces
quizá reírse menos de uno mismo
qué optimismo

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Nació en Guadalajara, Jalisco, el 3 de abril de 1948. Poeta, periodista y tallerista. Estudió letras en la Universidad de Guadalajara y la UNAM. Ha sido editor de El Ciervo Herido; profesor en la U. de G.; periodista fundador de El Sur, Unomásuno y La Jornada; articulista y miembro de la mesa de redacción de la revista Mira. Creador de una metodología para el desarrollo de seminarios y talleres de creación literaria. Ha dado talleres (con duración desde año y medio a quince años) en más de diez ciudades del país, hace cerca de 40 años fundó el primer —así llamado— taller de literatura jalisciense.

            Ha colaborado en Biblioteca de México, La Gaceta del FCE, La Jornada Semanal, Revista Universidad de México, Sábado, Siempre!, Punto y aparte, de jalapa; Síntesis, de puebla; El diario de colima, de ese estado; Siglo 21 y Público, de Guadalajara, y para La jornada y El financiero, del D.F., aparte de Radio Universidad de Guadalajara y Radio Universidad Veracruzana  entre otros. Fue jefe de la zona centro de NOTIMEX, jefe de la redacción periodística de Radio Universidad Veracruzana; Ciencia, Cultura y Espectáculos de El Occidental y director del Semanario Paréntesis, estos tres últimos, medios tapatíos. Miembro del SNCA en los periodos 1997-2000 y 2000-2003. IV Premio Punto de Partida 1971 por El Girasol. Parte de su obra se incluye en antologías nacionales y extranjeras. En 2004, El Aduanero y La Jornada auspiciaron la grabación del disco Quizá en agosto, que reúne algunos textos suyos musicalizados por ocho compositores.

            OBRA PUBLICADA: Ensayo: Prosaísmos, LunArena/UAM, 1995. || El alfabeto en la neblina, Secretaría de Cultura de Jalisco, 2003. || Literatura para niños: Un pajarillo canta (ilustraciones de Carlos Pellicer López), FCE, Poesía para Mirar en Voz Alta, 2006. || Poesía: Divertimiento, Bellas Artes de Jalisco, 1971. || Escritura sumaria, La Máquina de Escribir, 1977. || Ni lo que digo, FCE, Letras Mexicanas, 1985; CONACULTA, 1998; CONACULTA/Verdehalago, La Centena, Poesía, 2004. || Dejar de ser, ERA, 1994. || Antes del habla, El Aduanero, 1995. || Si la llama, Trilce, Tristán Lecoq, 2000. || Estrella oída, UAM/El Aduanero, 2002. || Novedad en la sombra, CONACULTA/ FONCA/Arlequín, 2003. || Puntuación, LunArena, 2004. || Vado, ERA/CONACULTA, 2004. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores.

 
   
   

 

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