Héctor Cortazar
González
Es originario de
Huajuapan de León. Estudió arquitectura en la Universidad Nacional
Autónoma de México. Es miembro activo de la Asociación Cultural de
Tuxtepec y pertenece al Taller Literario de la misma. Ha participado en
diversos encuentros de escritores. Escribe poesía y práctica la
fotografía artística. Organizador del premio nacional de poesía
“Tuxtepec, Río Papaloapan”. Ha publicado en revistas literarias como
“Plan de los Pájaros” y “Cantera Verde”. Participa en el libro colectivo
“Tuxtepec en la vertiente poética”.
1
Repto a la vera del asfalto
vía 190 camino sin fin,
apenas abrojos creciendo
en sus voladeros,
marcan los senderos
por los que alguna vez volveré.
Quizá algún invierno
atravesando olvidos
y sombras de árboles
tatuados de sonidos y palabras.
Esperan espejos vacíos
Y perros enterrados
en el patio trasero,
esto es sin duda
caminar al filo
de los días abandonados.
2
Esta tarde neblinosa
Tiene algo de vagabundo
Gravitando bajo aleros
Que escurren ácido y neón.
El tortuoso almendro de la esquina
Cobija dos desamparados,
Sobrevivientes de las últimas
Salidas del autobús,
Temerosos del fuego
Y de las miradas,
Juegan a ionizar humores
A convertir cardos en cenizas.
Sorprendidos,
Los ahuyenta el vuelo rasante
De murciélagos hambrientos
Y la luz anti-robos
De la casa de enfrente.
Pobre almendro arrocado
Por los cables,
Pobres desamparados
Huyendo de los faros.
Estos días dominados por los cardos
Anticipan tiempos sin expiación.
3
Días sumergidos en el Mictlán
Despojados de su collar de caracoles
Y resplandor plumaria,
Ahogados por mutantes sedientos
De pueblos adormecidos
Sofocados entre bombardeos fluorescentes
Y nubes de insectos
Envolviendo sus voces de cantera.
No hay horizontes
Sólo sombras recortadas
Entre el fuego y el miedo
Del los días sitiados.
4
Desfallecientes
Sus voces languidecen
Entre arenas asfixiantes,
Ríos subterráneos
Deslavan las raíces,
Sus guijarros
Desgarran el aire
Del último grito
Que clama derrumbar
Los muros del miedo.
Entre las rendijas
Del árbol del tiempo
Se atisban barricadas
Que resguardan mitos de jade
Y sueños de obsidiana.
5
Los muros guardan sonidos inaudibles
Silentes testigos
De voces fracturadas
Y manos sangrantes
Golpeando el umbral de los templos
Nadie responde
Los gritos al viento
Envueltos en el olor acre del despojo
Algunas palabras libran el cerco
Canto primigenio
De anhelada libertad.
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