La videoconferencia de Cornelia Funke, mediada por Adolfo Córdova, comprobó
a cada uno de sus asistentes que para fascinar a una audiencia la distancia
es lo de menos. Del otro lado de la cámara, Funke conversaba con Adolfo
Córdova desde su hogar, en una actividad que formó parte del programa de la
31 Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Respecto a la visión tan particular de los niños para ver lo que les rodea,
y el prejuicio en el que muchas personas deciden infravalorar la literatura
para niños, Funke, considerada por muchos la “nueva Michael Ende”, confesó
que los adultos olvidan que una vez fueron niños, y que eso hace que sea más
difícil comunicarse entre ellos, porque hablan dos lenguajes totalmente
diferentes. Sin embargo, agregó la escritora, son ellos quienes tienen la
visión realmente privilegiada sobre todo lo demás. “Los niños no ven el
terror del mundo. Para mí no supone un misterio comprenderlos. Quienes me
resultan más difíciles de comprender son los adultos; todo para ellos es
dinero, negocios, trabajo, utilidad”, agregó.
Una de las partes cruciales en la vida de Cornelia Funke es la pintura, ya
que ella dibuja e ilustra cada una de sus historias y personajes. “Cuando no
doy con las palabras, dibujo, y entonces después salen las palabras”,
comentó la autora de la sagaMundo de tinta. Agregó que son las
historias las que le dicen para qué edad son. Conseguir su estilo le llevó
toda una vida, ya que tuvo que practicar durante muchos años para lograr
dibujar como un niño. Por otro lado, no quiere ser una niña; está bastante
contenta con su etapa como adulta. Además, añadió, no tiene mucho que
envidiar la vida de los niños, porque llevan una existencia demasiado
difícil. Esta es, sin embargo, la razón principal por la que escribe
fantasía; los niños comprenden mucho más fácil la veracidad de la magia y de
la literatura fantástica. Para ella, la fantasía es mucho más realista que
lo que muchos acostumbran a llamar “realidad”.
La conexión que Cornelia Funke tiene con la magia, es una parte fundamental
en su vida. Considera que México y todos los países latinoamericanos tienen
la virtud de que conciben la realidad y la magia como la misma cosa, y
entienden mejor cómo todo se entrelaza entre sí. “En Guadalajara me topo con
personas que me dicen como si nada que les hablan a sus plantas y a sus
árboles, o toman detalles de la vida cotidiana como señales de buena suerte.
Eso no sucede en Norteamérica. En México tienen respeto por los misterios de
la vida”.
Esta clase de magia, sin embargo, ha sido la que ha llevado a algunos de sus
libros a ser prohibidos en diferentes países, por considerar que incentivan
demasiado a los niños a imaginar. La mirada de Funke al escucharlo de
Alfonso Córdova fue comprensiva: “Claro, imaginar siempre es lo primero que
prohíben”. Sobre los héroes de sus historias, la escritora afirmó que sus
personajes no nacen siendo héroes; “nos definimos por nuestros miedos y la
forma en que los superamos”. Al final de la conferencia, Cornelia compartió
con su audiencia uno de los cuadernos que utiliza para escribir sus
historias; un gran libro decorado con dorado y figuras míticas que por
dentro resguardaban escritos, ilustraciones, esquemas y recortes. Conforme
la charla avanzó, el sol en la casa de Funke comenzó a desaparecer hasta que
quedó solamente iluminada por la luz de su monitor. Con una gran sonrisa
despidió a su público, y deseó regresar pronto a México.