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30 de septiembre, 2015
Mitos
y leyendas
V
Telepatía y ciencia ficción
Cristina de la Concha
Es frecuente que anticipadamente sepamos, sin que nos lo haya dicho, que
fulano nos va a llamar por teléfono o que perengano llegará a la casa de
visita. Nos ha sucedido y generalmente lo hemos atribuido a la casualidad. O
que vamos por la calle en la enorme ciudad de México donde es casi imposible
planear a alguien por casualidad y repentinamente nos topamos con alguien en
quien estábamos pensando precisamente unos días antes,
Sin embargo, puedo decir, por ejemplo, que yo tenía esta extraña conexión
con mi madre que yo sabía cuándo debía telefonearle o en qué momento sonaría
el teléfono y sería ella, y, así mismo, mi madre con mi hermana, de manera
que, en una ocasión, nos comunicamos las tres, fue muy curioso: yo marqué el
número de mi madre y estaba ocupado, luego marqué el de mi hermana y también
estaba ocupado, colgué y sonó el aparato: era mi madre y me decía que estaba
hablando con tu hermana, cuando colgué, tomé la bocina de nuevo para marcar
el número de mi hermana y ella estaba ahí. Esto no es nada fuera de lo común aunque la mayoría
lo pasa inadvertido o simplemente lo niega para no verse metido en un
conflicto.
Telepatía se le llama a la comunicación entre dos personas a distancia sin
dispositivos de ningún tipo de por medio, de manera natural, aunque también
tenemos la percepción extrasensorial que sería la facultad de tener
conocimiento de hechos anticipadamente, sin la intervención de nadie, a la
que de igual modo se le puede atribuir lo anterior.
Asimismo, se dice, puede suceder a través del manejo de energía, que una
persona pueda “ver” a distancia lo que otra persona está haciendo o
pensando, como en una especie de telepatía, incluso sin que ésta se dé
cuenta, en una especie de telepatía unilateral. Y uno se espanta de sólo
pensar en que esto fuera verdad, el pudor aflora y teme de sus propios
actos. No hay de qué temer, te repites en la mente, eso es pura ciencia
ficción.
Sin embargo, recordando aquellas historias de alienígenas en que se
comunican con la mente como único medio, fantaseaba en lo que sería el mundo
con este medio: se acabarían los robos, las traiciones, los asesinatos, todo
sería transparente, por lo tanto, viviríamos en equidad porque podríamos
comprendernos todos, la humanidad completa, percibirnos como iguales con los
mismos derechos, con lo que nuestra sensibilidad de hermanarnos se
estimularía y nos sería ajena esa necesidad de ahora de ser mejores que los
otros, de superar a los otros, de competir con los otros. Nuestras bocas
reducirían su tamaño al no tener que hablar para expresarnos, tal y como se
dibuja en los seres extraterrestres, y nuestros cerebros serían enormes para
almacenar tanta información.
Pero ¿qué pasaría si esa facultad ya estuviera siendo privilegio de algunos?
sabrían dónde estás, a dónde vas, con quién, cuánto posees, si posees o no.
La gente que maneja energía habla de que esto es posible –saber lo que hace
el otro– y el susto te da. Y ¿no con esto se verían estimuladas su
envidia y avaricia?, porque, además, eso ¿no implicaría que podrían saber cuáles
son tus ambiciones, tus deseos? y, entonces, ¿la facilidad de arrebatar de
tus manos lo que deseas y ambicionas?, ¿tus ideas, tus proyectos?, ¿quitarte
del camino? ¿aventajarse?, ¿robarte a la novia? o qué sé yo, o sea que
¿propiciaría robos,
traiciones, asesinatos? y, al estar limitada esta facultad a unos
cuantos, ¿nos estarían haciendo pomada…? vaya, porque de que
hay gente decente, la hay, pero si esa facultad ¿fuera de "los malos"…?
Bueno, no todo es pesimista, esta gente que sabe del tema da algunas
herramientas para impedir estas situaciones y poner barreras (de energía)
para evitar que puedan verte o saber lo que piensas. Si nos apegamos a la
lógica de la materia, se infiere que si uno rechaza tener un vínculo con una
persona, esa persona no tiene por qué llegar a nosotros, que si uno está
cerrado o tiene cerrado su campo energético, no hay manera de que entren –el
chamanismo blanco habla de eso: de que las brujerías fallan si la víctima potencial
se cierra al victimario, entonces, se deduce el mismo mecanismo–.
Y, si esto llegara a ser parte de la evolución humana, sensacional sería que
sucediera de una sola vez en todos los seres humanos y así repeler a la perversidad,
que de una sola vez, de una sola tajada, la
humanidad completa se comprenda y se acepte y se ame porque somos todos
iguales.
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