poema
posesivo
raquítico y viejo
un zopilote cantó
años antes de esa guerra:
“Si no es mía
de nadie”
porque su iniquidad era pura
y su egoísmo
de tan perverso
era no amor a sí mismo
sino por sí mismo locura
desbordado de ansias
enfermo de afanes
con sus negrecientes alas
sus pases bien aprendidos
de maléficos fines
lanzó a la ella aquella
mas no fue el único
en tal tenor,
con quien azahares un día
otro día negarse quiso
ella muy ella
desfacer lazo tendido
y limpiar los arroces
que como yugo sobre ella
cayeran, ese ése ese día
hechizos y aojos
bajo el lecho sembró,
por que ni amor hallara
ni compañía ninguna
menos vástago alguno
para sus días por venir
en soledad harto pura
en rezos apostó para ella
ese ente sierpe
él, que
tan intelectual se decía
y de
ignorantes juzgaba
a
chamanes y curanderos
a todo
creyente de esos oficios
o a quien
tan solo pusiera
el
vocablo en interlocución,
y fue ese ése
quien su casa su hogar
sus muros y pisos
mantas y tablas
de vahos penetrara
a la distancia
con
vínculos robados
décadas
antes,
actos que a salir la obligaran
en los tiempos nuevos
por remanso hallar
en otros suelos