Tulancingo cultural

tras los tules...

Tulancingo, Hidalgo, México

Principal (portada)

en las letras en la música en la actuación en la plástica sociológico y social histórico centros y actividades culturales diversas de Tulancingo gastronómico ciencia y tecnología municipios  hidalguenses
 
anteriores
 
danza performance teatro
 
cine
 
prehispánico
 
tradicional y legendario
interesante
 
hacedores
   
     
 

autores - los maestros en Tulancingo - autores tulancinguenses - autores hidalguenses - libros y revistas - premios y reconocimientos

 
 

bibliotecas - derechos de autor - encuentros y festivales - presentaciones - talleres - convocatorias

 
     
                 
 

poema del río ii

 

.poema en vuelo.

 

 

Poema permeado

 

Poema aparecido

 

 

poema tlacuilo

 

Los árboles, nuestros aliados contra los temblores

 

 De “el sistema” y la complacencia

 

Poema en tango

 

Poema  almado

 

Poema a ella

 

Poema despierto

 

A ver, a ver...

 

 

Poema insomne

 

Poema a tono

 

Poema decolorado

 

Poema de cuidado

 

Poema santo

 

poema observacionista

 

 

de suerte un poema

 

poema iluminado por un farol

 

poema recuento

 

poema cantado

 

 

poema renombrado

 

poema remedial

 

poema confeso

 

poema intentado

 

.en una suerte de poemas.

 

 

Para el que la suerte

 

poema conjurado

 

poema de día

 

 

 

La "terapia" del perdón

La solidaridad

 

Más de la autora aquí con un clic

 

Mitos y leyendas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

       

14.Agosto.17

por Cristina de la Concha

 

 

Poema del río

 

 

“Escribe sobre mí”

Sobre la mesa brilló

esa frase

En una blanca luz

frente a ella

unos rasgos de

desabotonada camisa

de un hombre de rostro

arrugado y agradable semblante

le hablaban y ella los pasaba

por alto como quien mira

sin mirar lo que ya sabe

que está, el paisaje diario

libreros y cuadros

ocultos a los ataques

de esa guerra

sobre las paredes de todos

los días y los muebles

ya aburridos de melancolía

a esa frase tan cercana

la puso en un murmullo

a sus oídos lejano

Y lo oyó

sí, como oyó a otros

como percibió a tantos

como el otro aquel

que solicitó también

pero no creyó

porque el otro aquel

era más como ella

no éste sería

 

Y la frase se volvió

un zumbido

que a su oído

molestaba

y ella sacudía

con insistencia

manoteando al insecto

alrededor de su cabeza

pero fue más la de él

que se sentaba de frente

a mirarla declinar

asentir, voltear

negar, levantarse,

pensar y volver…

sí, era él y sonrió

no para él sino

a su imaginería

juguetona

porque el hombre del río

no vendría a ella

ni en su mejor chiste

ni en el esplendor de su humor

ni en la ironía más aplastante

ni en su más socarrón momento

ni en el peor de sus monos

cuanto menos con ese encargo

cuánto absurdo

le escondía esa su imaginería

divertida y loca

 

El zumbido permaneció

“escribe de mí, anda”.

La ella aquella se refugió

en la Luz y suplicó

acudiera a ella humildad

para vanos deseos desechar

que de sus afanes

imaginería abuso apartara

 

pero semejante solicitud

se mantuvo en su mente

en su mesa frente a ella

una blanca nube luz

con esos rasgos

que ella omitía

en su recuerdo sin creerlo

a días transcurridos

murmullo creció en voz

y en fuerza a casi un grito

en sobresalto, respondió fémina

“¿qué,  cómo?”

“Escribe sobre mí”

apaciguador tono era.

Entonces, lo confrontó.

Estaba él, aquel él

del río transportado

en esa blanca luz

a su mesa sentado

frente a ella

“¿yo? ¿de qué hablas?

¿me conoces?”

cuán absurda pregunta

a evidente hecho

era enorme azoro.

“Sí, te conozco

Y quiero que escribas sobre mí”

“Pero si yo… no no…

no, nadie soy

para de ti escribir

¿por qué a ésta vienes?

no no, equívoco

de ser ha

“No, yo quiero que escribas”

“Te daría vergüenza”

“No, no, escribe”

“Para qué, por qué”

“... que leído sea,

escribe”

“Con verdad te digo,

te avergonzaría”

Él persistía

“Pero no sabría qué decir”

“Sí sabes, hazlo”

“Yo no puedo a tal

atrevimiento arribar”

 “Sí puedes, hazlo”

“La crítica sería harto dura,

no, no, no en mí

está incurrir en tal…”

“Y ¿qué te importa?”

“Los intelectuales y…

ay, qué podrías ignorar tú

de ellos, si es su

inflexibilidad y acidez

que en mala noche

daño es…”

“Tú sabes quién soy yo”

“Sí.”

“Hazlo”.

A dicha respuesta

no duda más albergó

sino sólo la de los malignos

que trampa pergueñaran

de tantas puestas

y a luz invocó

que alumbrara…

 

 

 

 

 

   
                 

 

__________________________________

Gracias por su visita  

 www.tulancingocultural.cc ® Derechos Reservados

tulancingocultural@hotmail.com 

Aviso legal para navegar en este sitio

contador web

web counter

Free Website Hit Counter
Free website hit counter