.poema fingido y sometido.
De
.En una suerte de
poemas
II.
Los hilos se infiltraban
corriendo de puerta en puerta
ventana en ventana
que aun cerrada a sus narices
cual Alicia entraban,
desde los porros encendidos
para elevar los humos
que se escurrían
entre los incautos
entre el pueblo
por envolverlos
y forzarlos a sus huestes
de maquillaje los rostros
y voces en histrionismo
eran sus primeros paces
en confiables seres
ante las víctimas se tornaban
y éstas con gusto
las escuchaban
las creían
mientras secuaces en hilos
de humo seco deslizados
en el hogar
sus libros, sus delicias
y sábanas,
de invitación carentes
polvos y rubores quizás
o falsos bigotes
de hermanos queridos
lograban la entrada
o como Alicia
y no desde sus maravillas
hábiles en histrionismo
falsedades y voces eran
husmeantes en los recuerdos
las faltas y las culpas
que luego envolvían
y extendían al subir el telón
haciendo tormentos
en las madrugadas
con rayos y truenos
y gélidos vientos
porros encendidos
en trato firmado
con color en tríada
mientras del sur
muy sur otro viento
llegaba en acre azufre
que sorteaba la ella ella
de aquel que mandato
sostuviera con círculo
de flamígeros rayos
mismo aquel que fuertes
hedores le lanzara
a su paso por la pampa
y más allá