trabajador infatigable
que dejó la vida a los 93 años de edad
el pasado
5 de octubre en Tulancingo
que hizo
numerosos recorridos por la carretera detrás del
volante de un camión, y ahora, en su último
recorrido lo acompañamos por las calles que él
construyó y el viejo Camino de Romeros por donde
tantas veces nos llevó en la infancia, caminamos
detrás de la carroza dirigiéndose a la iglesia
que él también construyó, con el impulso
contenido de detener su partida pero el deseo
profundo de su feliz arribo a la Luz.