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PEMEX:
temor a socializar el debate
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César
Cruz |
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Entre
Pedro, Juan y varios, se perdieron los caballos. |
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Refrán |
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En
múltiples sectores políticos existe consternación tras la toma
simbólica de las tribunas del Senado de la República y la Cámara
de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, por parte de
legisladores integrados al Frente Amplio Progresista. Esto como
parte de la estrategia de movilización social en contra de la
llamada reforma energética, reforma que se centra en la
modificación de leyes reglamentarias para permitir la
participación de capital privado en la exploración y explotación
de yacimientos petroleros, así como en la refinación de crudo
para la obtención de derivados. |
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La propuesta fue hecha llegar al Congreso Federal recién esta
semana, pero ha sido negociada por las cúpulas partidistas y el
ejecutivo de la república desde hace meses. Esto supone que el
conjunto de la sociedad ha sido excluida del debate acerca de
las directrices que se pretenden para el futuro de la industria
petrolera en nuestro país. Tema especialmente sensible para el
que se requiere una reflexión profunda y análisis detallado, y
en el que se impone una divulgación detallada para la población. |
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No es la primera vez que esto ocurre, sobre todo en el marco de
la imposición del modelo económico neoliberal en México hacia
principios de los años ochenta del siglo pasado. Modelo cuyo eje
es, precisamente, una menor participación del estado en la
economía, reflejada en la venta de empresas públicas al sector
privado o, como se pretende en el caso de Pemex, mayor
participación del capital privado en sus procesos productivos.
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Así, se vendieron empresas como Teléfonos de México o Minera de
Cananea, se privatizaron los bancos, se concesionaron
carreteras, etcétera, justificándose en el mismo argumento que
se utiliza ahora para imponer la reforma energética. Ese
argumento no es otro que impulsar el desarrollo nacional. Lo
cual, según se desprende del discurso del gobierno federal desde
hace más de cinco lustros y para el caso de la empresa
petrolera, únicamente será posible con la participación de la
inversión privada. |
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Ese es el gran engaño y para corroborarlo simplemente debemos
atender el estado de desarrollo social y económico que existe en
el país, en especial los grandes índices de pobreza y la
creciente brecha de desigualdad en el ingreso de los hogares
mexicanos. Pero también podemos atender a otros indicadores
sociales como el desempleo o la migración hacia Estados Unidos,
reflejo todos del estado que guarda la economía nacional, por
más que se haya impulsado la inversión privada desde hace más de
viente años. |
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Asunto toral en este caso es que no se ha cumplido con el papel
regulador del estado. Por el contrario, a quienes invierten se
les han brindado condiciones de ventaja y, en caso necesario,
hasta han sido rescatados con recursos públicos. Esto es, entre
la teoría y la práctica del neoliberalismo en México existe un
mar de diferencia. Lo que en el caso de Pemex se convierte en un
enorme riesgo. |
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Es por eso que temen socializar el debate durante los próximos
meses y apuntan a circunscribirlo a las cámaras, adjudicándose
una representatividad real que no tienen. Sugiriendo, por un
lado, gran desprecio por la opinión pública y, por otro, la
intención de imponer la reforma a como de lugar. |
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15 de abril, 08
Declaración Universal de Derechos Humanos
Declaración de
Principios sobre la Tolerancia
De
tolerar y tolerancia
16
de noviembre, día Internacional de la Tolerancia
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