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1er Encuentro Latinoamericano de Escritores Tulancingo 2007 - Homenaje a la escritora Elena Poniatowska - Monumento al Escritor Latinoamericano en Tulancingo - Confirman su asistencia desde el Cono Sur - Aprueba el Cabildo el Monumento - Aguilera, Ramos y Yáñez en el encuentro - Se suman al apoyo - Avanza la organización - La Presidencia Municipal de Tulancingo apoya el 1er Encuentro Latinoamericano de Escritores - El Cono Sur en Hidalgo y el 1er Encuentro Latinoamericano de Escritores Tulancingo 2007

Reseñas: Y cada quien sus impresiones...  - el argentino Ignacio Osorio nos dice... - un breve mensaje del argentino Darío Lobato - el morelense Daniel Wence... - Saúl Ibargoyen en Tulancingo, por José Antonio Durand - desde la Patagonia chilena Dinko Pavlov... - de Guanajuato, Pterocles Arenarius... - del D.F., Mónica Suárez... - Un domingo en Tulancingo por Dinko Pavlov - CÁLIDA BIENVENIDA  EN EL COLEGIO “JORGE BERGANZA” por Ignacio Osorio - Los poetas en Santiago, Tulantepec: en la Preparatoria CECYTEH nos cuenta Manuel Noctis - Carta de un poeta en el destiempo de Darío Lobato - Siete fragmentos y una calaverita, por Rodrigo Landaeta (Calaverita de Berenice Perea) - Cartas de: de Argentina, Hugo Barbero y la chilena Claudia Gómez Cañoles... - Tulancingo con el orgullo de tener el primer Monumento al Escritor Latinoamericano por Ignacio Osorio - El evento El Cono Sur en Hidalgo llegó a su fin con un éxito en el que nunca se pensó

De las Memorias

Narrativa: Guadalupe Ángeles - José Antonio Durand - cuentos del tulancinguense Ovidio Ríos

Poesía: el defeño Félix Pacheco, - el morelense Omar Arriaga - el argentino Roberto Goijman

 

28.Nov.07

 
         
         
    El Cono Sur en Hidalgo y el 1er Encuentro Latinoamericano de Escritores Tulancingo 2007    
    Y cada quien sus impresiones... desde Valdivia, Chile, Rodrigo Landaeta...

Reseñas

 
         
         
 

Subsecretaría de Educación Pública del Gobierno del Estado de Hidalgo

Tribunal Superior de Justicia del Edo. de Hidalgo

Presidencia Municipal de Tulancingo

Presidencia Municipal de Acaxochitlán

Campestre  Sta. Cecilia

 

KRISOL

   
   

 

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Siete fragmentos y una calaverita

 

A Rocío, Karina y Lorenzo, fuerza  para Tabasco.

 

1

Recuerdo que cuando niño uno de los paseos más raros que hacíamos con mis padres era ir al aeropuerto de Santiago a ver despegar y aterrizar aviones. Curiosa manera de expresar el anhelo inconsciente de largarse del país, tan callejón oscuro por esa época, pero tan notable también en algún impracticable sentido para el Chile de hoy. En ese entonces no sabía que sería escritor (o que tal denominación me sería asociada por una obra más bien exigua) y menos que por esta pretensión tomaría el primer avión de mi vida. Aunque mi hermano me hizo acordar un día que yo, imberbe y analfabeto, rayaba la cama de mi madre dibujando ya algo parecido a letras. La primera vez que escribí de manera “literaria” fue bajo una especie de arrebato místico por las estrellas, por la noche, y también, al ladito de estos motivos, por amor. La vieja cómoda para guardar mi ropa me sirvió de escritorio, pero deseaba, cual la Wolf transplantada a los extramuros de Santiago, no ya mi cuarto, sino que mi escritorio propio. Una máquina de escribir, muchas lecturas esotéricas y más perdidas que el Teniente Bello*, permitieron la primera invención de mi persona.

 

2.        

Entonces un día vi el anuncio de un encuentro de escritores en San Juan, Argentina. Ergo, envié los 5 poemas y la ponencia que pedía la organización. Mi ignorancia geográfica desorientó mi imaginación y, mientras esperaba la respuesta, me figuraba cerca de Bariloche, no sé por qué suponía el encuentro en un lugar como Coyhaique o Punta Arenas. Al poco tiempo recibía una invitación formal e informalmente yo invitaba a Miguel, Claudia y Daniela. Claudia no pudo ir, pero los otros nos fuimos a San Juan a fines de septiembre de 2006.

 

 
  Quali y DERHGO

 

Lorenzo Arroyo

ITEMS

Notaría Núm. 5

Grupo Educativo Virtud y Ciencia

Centro Universitario del Oriente de Hidalgo

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Colegio Pedro de Gante

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PLAZA GANADERA

 

 

 

Restaurant El Venadito

 

 

 

 

 

 

 

 

Presencia del Cono Sur en Hidalgo - ELET07: ESCRITORES INVITADOS - Información para los participantes - Programa - Carta de repudio de la poeta Celina Garay contra autoridades argentinas - Poniatowska, Premio Rómulo Gallegos 2007 de Venezuela

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     

            De espaldas y sentada es el primer recuerdo que guardo de Cristina de la Concha, es decir, su larga cabellera ocupa parte de mi memoria. Luego, su voz documental en la lectura nocturna de Pulque para dos en Calingasta. Luego, su risa estentórea. Luego, que le conté sobre un amigo mexicano que había quemado el hervidor eléctrico de mi casa poniéndolo en los quemadores del gas, sin ni siquiera estar pachecos. Luego, su risa estentórea. Y que me gustaba oírla, porque sus relatos me ponían exactamente en frente de lo que describía.

 

3.

Imparable, el tiempo arrastró la rutina de los meses y apuntó hacia octubre. Era hora de decidirse. Qué terrible y ociosa ucronía imaginarme sin el viaje a México. Todo aquello que pasó como en una secuencia de abrazos y carreteras. Además, lo que viene sucediendo hace un tiempo es cierta emergencia de mi americalatinidad, si cabe tal expresión. Entonces, haberme pasado unos días en territorio mesoamericano, absorbiendo palabras, historias, conductas, paisajes, sincroniza bien con esa prematura (y tardía) consciencia. En este sentido, querría una sola pregunta, una pregunta que aúne en su interrogación, historia y creación individual, política y subjetividad, libertad y realidad, una pregunta que inquiera sobre los modos de traducción de esa consciencia, o bien una pregunta insidiosa dirigida a la duda, a la anarquía, creando, por reacción, el diálogo.

 

4.

Hubo dos personas que me figuré como la quintaesencia del mexicano, Félix Pacheco y Pterocles Arenarius. Félix nos esperaba en el aeropuerto, hoja, café y cigarrillo en mano. Con una amabilidad comparable a nuestra propia necesidad de ubicación, nos regaló en seguida sus “Pre Textos Poéticos”. Pterocles se me apareció en la cafetería de uno de los colegios visitados, plantado en su humanidad distinguida con los atuendos de un cristo hippie, timbre mexicano de exportación y una mirada que se acoplaba a su sonrisa, haciendo destellar su rostro. De fisonomías y creatividad literaria parecidas, refrendaron mi imagen latente del otro, en este caso, un lozano dibujo de la amabilidad y el ingenio mexicanos. Por supuesto, una vez en medio del paisaje humano en la ciudad de Tulancingo, percibí los matices y tonalidades de una cultura diversa.

            Entonces, mientras recuerdo-escribo (¿existirá en algún idioma conocido un vocablo que sintetice ambas expresiones?), pienso en Elvira Mora, en su generosa movilidad y camaleónicos atuendos, en la seguridad de voz y catadura de Encarnación Ríos, en la incierta identidad del humor asiático de Teresa Irazaba, en la transmutación de los males en la poesia de Antonia Cuevas y Ana Maria Vásquez, en la donosa compañía y agudas palabras de Mónica Suárez, en Patricia Castillo reconcentrada en la alteridad de la lectura, en la sensualidad crítica de Miriam Perales, en la claridad política de Marisol Briones, en el ingenio subversivo de Queta, en la hospitalidad dialogante de Montserrat Barragán, en la elegante maestría de Nora Lechuga, pienso en detalles que mi memoria necesariamente olvidará, pues ella gusta de la casualidad del reencuentro.

 

5.

Por animal literario entiendo no al que tiene contacto nulo con la realidad, sino aquel que reconoce instintivamente la fábula en el mundo. Ese fabulador estado de subversión de la realidad fue el que advertí en Luis Ovidio Ríos, animal lecto-escritor que ha emprendido la tarea de dar y recibir de la literatura el alimento primordial. El ciclo extratextual de su novela inédita “Sabio delito”, especulo, se cerró de alguna manera con este encuentro en Tulancingo, su pueblo natal. Fumador corriente de cigarrillos “Delicados”, me enseñó la lección de la materia. La materia es el mundo de todos los días, aquel que percibimos en el olor que la ciudad ofrece en una de sus esquinas. La materia es la consciencia de que somos en ella su parte favorita, y a quien, por tanto, podemos emplear a nuestro favor si somos capaces, hasta que pite la hora de su cena definitiva. La materia es papel moneda convertido en las hojas de SIC que alguien revisa con fruición, leyendo en ellas un poema de amor o de espanto. La materia es poseer el mismo instinto del enemigo, pero infinitamente más noble. Ovidio fue nuestro Virgilio por el infernal subte y sus alrededores. “Los indios, me dijo, eran sabios, no encarcelaban al culpable de asesinato, sino que lo hacían trabajar por su familia y por la de su victima”. Este cuate uno + de los veintitantos millones en su depto piensa: hay que tomar el toro por las astas, este cabrón aterriza en helicóptero, yo, no-yo, sino mis compañeros por ahí regados, el viejo trueque tú me das yo te doy, astas-aspas de toro y de helicóptero, en medio del juego otro número que irá en serio.

 

6.

Las estampitas que junta mi memoria son láminas de un álbum familiar, una colección de fragmentos que buscan como hijos extraviados una cronología padre. En una de estas láminas se ve a Octavio Peñalosa levantando la mano para ofrecer su opinión, y en otra a Reynaldo Carvallido barajando papeles que luego cumpliríamos; una lámina sonora hace oír la calidez vocal y humana de Javier Malagón; otra, me muestra abandonado al interior de un cuento de José Romero, y otra, escuchándole a Ulises Paniagua una notable metaficción sobre El Cuento; una lámina doble, especial porque retrata a dos amigos que son mis hermanos, me ofrece el humor y la actitud creadora de Daniel Wence y Manuel Noctis; otra lámina gemela, exhibe la excelente dramaturgia de Ricardo Pérez Quitt y el poder re-creador de los poemas de Moisés Ramos; distintas láminas conforman una imagen del poeta tabasqueño Lorenzo Morales, próximo como un espíritu guía, grato como la sombra en la canícula; algunas láminas hacen que recuerde la poesía integral de Jorge García, rica en referencias y recursos; y otras, muchas otras, retienen voces y fisonomías diversas, más o menos difusas, comprendidas en una memoria provista también de olvido, que es su verdadera gracia.

 

7.

Ha sido un significativo acierto la expresión acuñada por Cristina de la Concha, conosureños. Declinación que humaniza la referencia geográfica del término, aludiendo a un grupo de escritores y artistas que recorrieron el Estado de Hidalgo (esto de los “Estados” me quedó como una intuición de la diferencia, pensaba “se viven distintos estados dependiendo en cual estemos”, oía Oaxaca, Michoacán, y eran palabras que pronunciaban un estado). Durante dos semanas nos pusimos en contacto con la comunidad de estudiantes, tanto de nivel escolar como universitario, y en general con todas las personas que se acercaron a las actividades del “Cono Sur en Hidalgo”. Fuimos los conosureños moviéndonos por el Estado hidalgüense, en estado de laboriosidad y de recepción. Además, conocimos lugares de una belleza insondable, como el pueblo de Metztitlán o el circuito de lagunas cuyo nombre no retengo (aquí vi surcar una garza la superficie de las aguas, contemplación cercana a un estado de solitaria unión con el todo). “¿En qué se inspiran?”, nos preguntaban habitualmente. Muchos compartieron sus poemas e historias con nosotros, salían a leer, nos regalaban sus papeles. Una joven de Acaxochitlán, Berenice Perea, me enseñó lo que son las calaveritas, compuso una para mí, y con ella me despido:                                

 

Ya llegaron los escritores y poetas latinoamericanos

Qué suerte!¡

Traen poemas e historias…pero ay dios, que no se los lleve la muerte.

 

Vienen de Argentina, Buenos Aires, Chile, Valdivia

Todo Acaxochitlán rezaremos para que dios les dé más vida.

 

Dicen que se van impactados, yo creo más

bien se los quiere llevar la calaca huesuda

a todos bien abrazados.

 

A Rodrigo por su carisma e inspiración

La catrina se lo quiere llevar a su panteón

Pero yo no la dejaré, porque yo aquí comida le daré

Así como dice el refrán

¡de “escritores” y tragones están llenos los panteones!

 

 

Rodrigo Landaeta, Valdivia-Chile, Noviembre 2007.


 

* Aviador chileno que el año 1914 se perdió en una prueba de vuelo necesaria para obtener el título de piloto militar. Desde entonces, los chilenos utilizamos la expresión “Más perdido que el teniente Bello”.

 

 

 

 

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