Roberto Goijman
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Roberto Goijman
Terapia intensiva
(de: Hospital Fernández y otros acontecimientos)
El viejo Juan mide su pierna, se
acaricia las axilas,
aplaude, le sonríe a las moscas como
diciendo, ya verán.
Y tira de la cuerda tanto hasta cortar
la aorta.
Juan ya regresó del frío ensimismado de
terapia
intensiva, y con una válvula en su
cabeza
transpira el calor de lo inmóvil.
De a poco, con aflojes va viendo como se
mueven sus dedos
el índice señala su culpa, se toca la
frente
pellizca a una mosca confiada en su
respiración.
Ahora Juan pelea con la inercia, va
matando
pequeños enfoques en su aire, y casi
tuerto
en su mirar, sonríe.
Sabe que el tiempo de la soga, lo maneja
él.
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Conjunción
(de: Un vapor que navega)
El así / espontáneo / arma puntos
luminosos / en una remota y vacía
galaxia.
El punto luminoso del tiempo perdido /
¿sabrá poseerse / en las manos
de la remota galaxia?
¿Se invertirá el mar junto a las
estrellas?
¿La tierra sabrá de ellas?
¿O la conjunción de lo cósmico
decidirá sobre sí / y entonces /
El Hombre / será punto cósmico luz.
Ni que fuera un bar de los
’60
(de: sobre flacas y de flacos)
En una vieja mesa de madera se pierde el
erotismo
por comer maníes.
Una lapicera se mueve a la rastra
mientras ella lee a Kant y apaga el
cigarrillo.
Tomá un sorbo de cerveza, mirá de reojo
tras la ventana y escribe unas líneas y
juega.
Hace marcas oscuras
en esa mesa de sesenta centímetros de
ancho.
Como en las viejas mesas de café
sesentista
ella mastica maníes pelados sin papas
fritas
pierde el crash en la boca
las mordidas insolaciones humanas
y el erotismo.
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