Darío Lobato
El
patio de Juana,
su más reciente libro, ha llamado la atención de críticos y lectores. La
revista "Ñ" del diario Clarín de Buenos Aires, la más importante
revista cultural de esta ciudad recomienda ¨... entre más de 17000
libros editados en el año hemos seleccionado 300 obras para ser leídas
en el verano, en el rubro de poesía junto a la obra de Martí, Jorge
Bocanegra y otros está El patio de Juana de Darío Lobato, ... es
la mirada del resquicio, de esa rendija de la memoria, de la naturaleza
en comunicación con la espacialidad donde el decir poético se confunde,
toma la forma del ronroneo del gato y el aroma de la tierra mijada luego
de la lluvia..."
Pero es un libro para ser leído y escuchado de la voz del autor, si se
tiene la oportunidad, porque esa voz dibuja sus imágenes con latidos que
estremecen rocas y colores con resonancia a ese largo plazo que uno
suele desear para el camino y escasas veces conseguir.
(¡Le robé un poema a Darío! )
(Otro poema robado:)
El infierno que no te ofrecen
... el infierno se lleva en el rostro...
de frente,
de perfil... o con solapa...
la mitad es una máscara con la frente
marchita
la otra mitad es una hembra en celo
emboscada en los labios...
El bar donde arden los poetas queda
bajando la mirada
La borra de café de cada pocillo que ha
bebido el poeta
es un deseo incontrolable en un pocillo de
caderas anchas
visto el infierno en un espejo multiplica
la pila de silencios
y son dos los crucifijos abandonados
y dos las peinetas usadas por mi abuela en
una misa última
y dos las caricias que reclama mi gato
un dios permitido puede mirarse a la
distancia
sin perder el rastro de la sombra que
atraviesa y es tiniebla
y de espalda a la sombra y a la huella
antepongo la garganta a las rodillas
y los ojos de búho a la distancia
El infierno que se refleja en el rostro va
a recorrer todo el cuerpo
va a desnudar definitivamente al poeta
lo va a crucificar en el cuerpo de una
mujer que lo seduce
tomará la forma del deseo en lo más alto
sin caerse de un domingo
tendrá los pechos de domingo esa mujer que
todavía no conozco su rostro
es un fantasma que sobrevuela y se posa en
la contratapa de mis ojos
sólo tiene perfumes desconocidos
sus manos de vino fino y dulce
embriagan la piel
si cuento al sentir sus dedos... se
multiplican
son cientos de dedos largos
que remarcan mis labios
que me recorren
íntegro de horas de espera
no puedo ver sus ojos
verlos seria como desmoronar el misterio
de los dedos
verlos seria como cerrar una ventana a mi
piel
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