Gabriela Robledo
De
A M O R E N S I T I O
Marzo 2006
A Pepe Robledo
La vida está hecha de pequeños
momentos.
Como si nada las olas vienen en re
y como si nada las olas van en sí.
Queda este reflujo de boyas olvidadas,
cascos arrojados
y los berberechos
que sin límite se ofrecen en un ritual de generosidad extrema
a nuestras negras ollas como abrazo de
niño.
Los berberechos
tiemblan
bajo la arena.
Yo, bajo mi piel tiemblo y te convoco
hoy
que es 24
y estamos más que de luto
con recuerdos en las vísceras, en los brazos,
te convoco
a temblar en abrazo treinta años bajo la arena.
Córdoba, 24 de marzo de 2006
Bajo este cuerpo
Bajo este cuerpo
pregunto,
me preguntan,
me nombro,
me nombran.
Bajo este cuerpo vivo,
me escondo,
huyo.
Bajo este cuerpo me hieren.
Sobre
este cuerpo,
nada.
Fricciones
Mis fricciones
no están en el plan de Dios.
Y él pobrecito, tan tieso, tan muerto.
Mientras los demás rezan, murmuran y tributan.
Ficciones
Los tentáculos del padre me toman por la cintura.
El orden del mundo en mi cuerpo.
La ficción de que será justicia.
Otro sí digo
Demandan expropiar mi cuerpo.
Es legítimo según la ley.
El juez regulará copiosos honorarios.
Se habrá hecho justicia.
Declararán mi placer de interés público.
Hallarán la marca incandescente de un hierro patriarcal sobre mi
espalda.
Me sepultarán bajo sus escuelas, sus iglesias, sus cortes de justicia
por subversiva, por guerrillera, por tortillera, por poeta.
Me torturarán por no torcer el brazo,
al gran pueblo latinoamericano salud.
Me violarán gendarmes de todas las tropas.
A pura picana aflojarán mis cuerdas
Yo
apelaré,
a hierro, iglesia y picana,
apelaré desnuda en el atrio
con los muslos con el pubis con los brazos con el cuello
con la amígdala con el iris con la córnea con las rodillas no.
Apelaré esa ley que no tiene vigencia en mi cuerpo
que me tortura me desaparece
que no puedo perdonar que no quiero olvidar.
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