Javier Malagón
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CITRUS
A Eréndira Olague López
I
Con la humedad de una lágrima
hinchamos un vientre maduro
y
brotamos
Igual que nacen los que tienen como sino
la condición inmaterial del sueño
Por azar vivimos
arañando esta tierra reseca
levantando nuestro tallo a los brazos maternos del rocío
dirigiendo nuestras hojas al rumor alucinado
de un inmenso y bravo mar
II
Masha
por nuestras venas corre la savia de los cítricos
III
Recuerdas Masha
cómo se acumularon en nuestro cuerpo las heridas
Fueron tantas que se convirtió en placer
el ejercicio de cerrarlas
Y
aquí están
cicatrices que nos dan el signo
recuerdos indelebles que atan tus raíces a las mías
pero impiden que se toquen nuestras ramas
IV
Masha
también nosotros damos fruto
Frutos de la sed
de la ausencia
de esta agria soledad que nos mantiene unidos
Frutos que devoran nuestros sueños
V
Masha
el insomnio es una pira que nos lame las entrañas
VI
Masha
nuestros frutos son ácidos
perfectos para apagar fuego con fuego
Ocultan la simiente del odio en su tejido
Alguien nos arrancará a nuestros hijos
y
se quemará la boca
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